La crisis por desnutrición en Gaza ha ganado atención internacional tras la difusión de imágenes como la del niño Mohamed Motawaq, de vientre hinchado y brazos extremadamente delgados. Israel calificó su fotografía como la de “un niño enfermo” utilizada para difundir una falsa hambruna, pero su madre, Hidaya, asegura que la falta de alimentos ha empeorado su condición.
Mohamed, de Ciudad de Gaza, padece una debilidad muscular genética. Sin embargo, su estado se agravó después del cierre de los cruces fronterizos en marzo y la escasez de comida. Antes del desplazamiento, pesaba 9,5 kilos; hoy apenas alcanza los 6, muy por debajo del promedio de 11 kilos para su edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre julio de 2024 y julio de 2025, el Ministerio de Sanidad gazatí registró 791 casos de desnutrición aguda grave en niños de 0 a 10 años, la forma más peligrosa de esta enfermedad. La OMS alerta que los 320.000 menores de cinco años en Gaza son vulnerables a padecerla.
Otro caso cuestionado por Israel es el de Osama al Raqab, de cinco años, cuya imagen fue portada de un medio italiano. Israel afirmó que padecía fibrosis quística, pero médicos en Gaza aseguran que las pruebas resultaron negativas y que su anemia severa se debe a una deficiencia de hierro por desnutrición aguda.
La OMS calcula que entre 11.000 y 13.000 personas necesitan evacuación médica urgente desde Gaza, entre ellas 4.500 niños, por falta de recursos sanitarios.
La crisis también afecta a niños con enfermedades preexistentes, como Alaa, de tres años y medio, con parálisis cerebral. Ingresó en el único hospital del norte de Gaza especializado en tratar desnutrición pesando 6,1 kilos, y aunque ha ganado algo de peso, sigue muy por debajo del promedio de 15 kilos para su edad.
El director del centro, Said Salah, advierte que el desabastecimiento de alimentos y suplementos retrasa la recuperación y debilita el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de infecciones.
Ante las acusaciones de que la hambruna es propaganda, responde: “Si la OMS, Unicef y los médicos que trabajan aquí confirman que hay desnutrición, y sólo un lado dice que no, la realidad es evidente”.