Unos mil migrantes esperaban ayer en el margen del Río Bravo (llamado río Grande en Estados Unidos), que bordea la fronteriza Ciudad Juárez, para entregarse a las autoridades estadounidense y solicitar asilo en ese país. Hay emigrantes provenientes de Nicaragua, aunque también hay personas de Colombia, Ecuador, Cuba, Perú y Venezuela.
Desde el domingo se han visto filas de personas que esperan su oportunidad. Los agentes de la patrulla fronteriza estadounidense van recibiéndolos por grupos, aunque no queda claro si una vez recibidos se les expulsa inmediatamente bajo el Título 42.
Los migrantes esperan su turno en medio de las bajas temperaturas que se registran en la ciudad, mientras que otros migrantes que también esperan que expire el Título 42 les llevan comida y agua a cambio de una propina.
Largas filas.
La fila se registra también a días de que las autoridades mexicanas desalojaran un campamento de unos 400 migrantes venezolanos en la ciudad.“Estamos viendo centenas de personas con mucho frío, sin comida, tratando de calentarse un poquito.
Esto no tendría que haber sido así. Esta es la descomposición de la política migratoria de Estados Unidos y de México”, dijo Fernando García, de la oenegé Red Fronteriza por los Derechos Humanos.