Muchos países de Latinoamérica adoptaron una popular costumbre luego de la noche de Navidad y Año Nuevo, lo cual representa que en los hogares cada 1 de enero al momento de comer no puede faltar la variedad de platillos que se preparan con el famoso “recalentado”.

El recalentado suele ser normalmente lo sobrante de la cena que los hogares prepararon en la noche de Fin de Año. Las familias acostumbran a comer este recalentado durante varios días en muchos casos, dependiendo de la cantidad de comida que el hogar preparó para la noche festiva y el sobrante de la misma.

Este ritual gastronómico también se presta para ser un motivo extra y disfrutar momentos en familia, debido a que muchas personas innovan con el recalentado y preparan otras variaciones de los platillos, para que de esta manera sus familiares disfruten de la autenticidad del recalentado, pero con acompañamientos extras.

Para muchas personas el recalentado también representa disfrutar nuevamente de la misma comida, pero ahora con más sabor y sazón, pues explican que al tener el platillo más tiempo de preparación y fermentación, los ingredientes logran combinarse de mejor manera y el sabor de la comida es más delicioso que cuando esta recién preparada.

En El Salvador es muy común que las familias desayunen, almuercen o cenen con el recalentado cada 1 de enero. En los hogares salvadoreños las familias normalmente guardan comida para el recalentado, el cual en la mayoría de los casos se trata de pollo, pavo, gallina o tamales