El magnate republicano Donald Trump se convirtió este lunes en el presidente número 47 de la historia de Estados Unidos tras jurar el cargo en una simbólica ceremonia que le permite volver cuatro años después a la Casa Blanca y que implica 'de facto' el final del mandato del demócrata Joe Biden.

“La era de oro de Estados Unidos comienza ahora. Nuestro país florecerá y será respetado, seremos la envidia y no permitiremos que seamos irrespetados. Pondré a Estados Unidos primero”, fueron las palabras de Trump, de 78 años, tras jurar sobre una biblia familiar, ante la que ha recitado en presencia del presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, la fórmula recogida en la Constitución: "Juro solemnemente que cumpliré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y haré todo lo posible para preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos".

"A partir de este momento, el declive de Estados Unidos ha terminado", ha asegurado este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su discurso de investidura en Washington.

El mandatario anunció que declaraba una emergencia nacional en la frontera sur con México y que deportará a millones de inmigrantes ilegales y criminales.

"En primer lugar, declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur" con México. "Todas las entradas ilegales serán bloqueadas de inmediato y comenzaremos el proceso de enviar a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron", recalcó el presidente republicano.

El 47º presidente de Estados Unidos también prometió hacer frente a una "élite radical y corrupta" que, según él "ha monopolizado el poder y la riqueza durante muchos años".

La ceremonia, en la que también ha tomado posesión el vicepresidente J.D. Vance, tuvo o lugar en la rotonda del Capitolio, bajo techo, en lugar de frente al edificio que alberga el Poder Legislativo de Estados Unidos, debido a las bajas temperaturas imperantes en Washington. Cientos de personas han sido testigos de excepción de este momento, entre ellos Biden y el resto de presidentes vivos --Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton--, así como miembros de la futura Administración.

Entre los invitados sentados en las primeras filas ha estado el magnate Elon Musk, aliado político de Trump y llamado a ser una figura clave del nuevo periodo político en el país norteamericano.

El mal tiempo ha obligado además a modificar los actos posteriores, entre ellos el habitual desfile protocolario posterior a la investidura formal, y Trump se dará un baño de masas en el estadio Capital One de Washington, con capacidad para 20.000 personas.

En un discurso en el que volvió a repetir su lema de “Primero Estados Unidos”, Trump sostuvo que “Fui salvado por Dios para hacer que Estados Unidos sea grande otra vez", en referencia al atentado sufrido en la campaña electoral.