A pesar de que el calendario constitucional indica que las siguientes elecciones legislativas y municipales se llevarán a cabo a inicios del 2021 y las presidenciales hasta el 2024, diversos acontecimientos indican que la maquinaria electoral ya ha sido puesta en marcha.

Desde la sociedad civil, existen propuestas para aumentar la circunscripción electoral, de manera que los salvadoreños en el exterior cuenten con una participación más directa como electores y como elegibles, y eso ya generó algún nivel de polémica en la opinión pública.

El Tribunal Supremo Electoral, de nueva composición, demanda una autonomía mayor con respecto a las fuerzas en contienda, así como reformas que le permitan contar con iniciativa de ley en materia de financiamiento de los procesos a su cargo.

Los partidos políticos por su parte, siguen enfrascados en sus procesos de reacomodo interno y enfrentan sucesivas demandas de información por parte de la ciudadanía, ávida por conocer sus fuentes de financiamiento, patrocinadores y destino de la deuda política, que se costea con fondos públicos.

Ojalá que el rumbo marcado por la Constitución y las leyes sea garantía de que las reglas electorales se aplicarán con justicia a todos los involucrados, y que nuestro país continúe construyendo democracia a un paso irreversible.