Desde la sociedad civil, existen propuestas para aumentar la circunscripción electoral, de manera que los salvadoreños en el exterior cuenten con una participación más directa como electores y como elegibles, y eso ya generó algún nivel de polémica en la opinión pública.
El Tribunal Supremo Electoral, de nueva composición, demanda una autonomía mayor con respecto a las fuerzas en contienda, así como reformas que le permitan contar con iniciativa de ley en materia de financiamiento de los procesos a su cargo.
Los partidos políticos por su parte, siguen enfrascados en sus procesos de reacomodo interno y enfrentan sucesivas demandas de información por parte de la ciudadanía, ávida por conocer sus fuentes de financiamiento, patrocinadores y destino de la deuda política, que se costea con fondos públicos.
Ojalá que el rumbo marcado por la Constitución y las leyes sea garantía de que las reglas electorales se aplicarán con justicia a todos los involucrados, y que nuestro país continúe construyendo democracia a un paso irreversible.