Un canopi fue instalado, ayer, en el lugar donde procesan la escena. / Diego García


La Fiscalía General de la República confirmó el hallazgo de huesos en el caserío Los Ríos, cantón Los Hornos, jurisdicción de San Francisco Javier, Usulután; sin embargo, no aseguró que se trate de la agente Carla Mayarí Ayala Palacios, desparecida desde el 29 de diciembre del 2017.

“Efectivamente, se ha realizado una exhumación de unos restos óseos que estamos a la espera que sean trasladados hacia Medicina Legal y que hagan los peritajes correspondientes para poder establecer una identidad”, dijo anoche la jefa de la unidad especializada de homicidios, Guadalupe Echeverría en un vídeo que colgó la Fiscalía en su cuenta de red de Twitter.

Según la jefa fiscal esperarán las pruebas de ADN que hará el Instituto de Medicina Legal (IML) en un estudio antropológico.

El hallazgo ocurrió luego que el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, convocara a una conferencia de prensa en la madrugada de ayer, para señalar que un testigo dijo dónde estaban los restos de Carla Ayala.

“Gracias a la información que hemos obtenido con una fuente de mucho crédito hemos sabido que el cuerpo de nuestra compañera fue enterrado en una fosa dentro del terreno que ya mencionamos en el caserío Los Ríos”, dijo Cotto a la prensa, ayer, cerca de las 5:00 a.m.



Cotto relató que esta fuente les dijo que en enero recién pasado el cuerpo fue desenterrado y trasladado por familiares de Castillo Arévalo a otra fosa cercana “y que es donde hoy se visualiza la osamenta”, aseguró.

“La intervención de nuestra institución es específicamente en dos lugares, tanto en la fosa donde tenemos información donde se encontraba como en el lugar donde se ha encontrado ahora la osamenta”, agregó el director policial.

Diario El Mundo constató ayer que la policía resguarda una escena prolongada de aproximadamente dos kilómetros que estaban rodeados con cinta amarilla y que solamente impedía el paso de los medios de comunicación.

Autoridades policiales, militares, delegados de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y lugareños pasaban sin ningún problema, las cintas policiales.

El lugar de la escena es boscoso y los lugareños afirmaron que desde hace varios días las autoridades militares y policiales llegan al lugar.

Una fuente policial confirmó anoche que el proceso lo desarrolla la División de la policía Técnica y Científica junto a Inspecciones Oculares.



Los policías que estaban resguardando la escena dijeron que tenían prohibido dar declaraciones. Al lugar llegaron personeros de la PDDH que luego de una hora se retiraron, porque no había una orden judicial de registro y tampoco trabajos de excavación.

“Lo que sucede es que no hay trabajos todavía, entonces no hay sentido de llegar hasta el lugar, sino hasta el momento en sí se comience el trabajo”, dijo ayer Adrián Díaz.

A medio día, y bajo una fuerte tormenta, la prensa observó cuando ingresó a la escena el criminólogo de la Fiscalía General de la República, Israel Ticas, e Inspecciones Oculares de la PNC.

Más tarde llegó el querellante del caso, Arnau Baulenas, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Idhuca), junto a fiscales.

La agente, según la Fiscalía, habría muerto después de recibir un disparo de Castillo Arévalo, en la madrugada del 29 de diciembre del 2017, después de una fiesta del extinto Grupo de Reacción Policial. Castillo aún está prófugo.

 

Piden prudencia

Luego de confirmar el hallazgo de las osamentas, la fiscal Guadalupe Echeverría pidió prudencia y respeto a la familia de la agente Carla Ayala.

“No podemos nosotros arriesgar a establecer que efectivamente se trate de ella, acuérdese que también contamos con la apreciación de la familia de ella que hay que tener un debido respeto hacia ellos para no generar falsas expectativas, de tal manera que nosotros siempre hemos pedido prudencia para este caso”, aseveró Echeverría.