Semejante moratoria en el cumplimiento de una ley tan importante habla del orden de prioridades en los municipios, más preocupados algunos en la organización de ostentosas fiestas patronales o festivales de “hermanamiento” con ciudades extranjeras. La convivencia ciudadana no es un asunto de recursos disponibles como lo aseguran algunos, o de aumentar dos puntos porcentuales al Fodes como ya proponen otros. La Ley en cuestión, provee lineamientos para promover una cultura cívica de respeto, con base a principios de “mínima intervención” por parte del municipio.
El sentido comunitario de la ley es lo más importante y ésta contempla acciones y obligaciones para las que no se necesita de un presupuesto adicional. Pero además, refleja la desidia de las alcaldías de no cobrar multas que establece la ley o no cobrar tasas municipales, para solo pedir más y más Fodes.