La investigación, incluida el Análisis Socioeconómico de El Salvador 2024, publicado en diciembre, centra su foco en los impactos económicos del cambio climático en la producción agrícola, y sus implicaciones en la seguridad alimentaria y el desarrollo socioeconómico del país.
El estudio encontró que El Salvador ha enfrentado 33 eventos climáticos extremos entre 2000 y 2023, principalmente lluvias y sequías. De estos, 15 ocurrieron de 2009 a 2023, los cuales dejaron pérdidas superiores a los $2,573.21 millones.
De esas pérdidas, $590.5 millones, un 23 %, corresponden a cultivos de granos básicos, como maíz, frijoles, arroz y sorgo.
Eventos
Según el informe, en estos 14 años hubo siete episodios de severas sequías que dejaron pérdidas principalmente en las actividades agrícolas. En el caso de las lluvias, además de afectar los cultivos, daña la infraestructura vial o las viviendas de las personas.El reporte recoge que en 2009 ocurrió una sequía que dejó daños en granos básicos por $27 millones. Ese mismo año, ocurrió la tormenta tropical Ida, con $939 millones en pérdidas totales.
En 2010 se desarrolló la tormenta tropical Agatha, con $20 millones en pérdidas; pero en 2011 la depresión tropical 12-E arrasó el territorio salvadoreño con daños estimados en $1,000 millones y es, hasta el momento, el evento climático más oneroso.
Una severa sequía que se desarrolló en 2012 y 2013 dejó pérdidas por $16.5 millones, mientras que la sequía de 2014, que duró hasta 31 días, significó daños por $70.10 millones exclusivamente en las actividades agrícolas.
La sequía de 2025 dejó pérdidas por $100 millones, frente a la sequía de 2018 que afectó al agro con daños por $42.45 millones.
En 2019 ocurrió una sequía debido al fenómeno climático de El Niño moderado, con daños por $27.40 millones, mientras que en 2020 las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal dejaron pérdidas por $220 millones.
Además de la pandemia, en 2020 se tuvo los huracanes Eta e Iota, con daños por $10.1 millones.
Luego, en 2022 se tuvo la tormenta Julia que dejó pérdidas por $17 millones, mientras que la sequía del súper Niño afectó en $84 millones en 2023.
De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el 95.4 % de la población vive en zonas de riesgo.
Además, la frecuencia de los eventos extremos -huracanes, lluvias o sequías- ha aumentado en las últimas seis décadas. En las décadas de 1960 y 1970 se registró solo un fenómeno, pero en los 80 fueron dos, en los 90 subió a cuatro y desde 2011 fueron nueve.