Este 22 de enero se conmemora el 90 aniversario de la masacre indígena campesina, ocurrida en 1932, donde alrededor de 30 mil personas fueron asesinadas por el régimen del entonces presidente Maximiliano Hernández Martínez.

“Hace 90 años, un 22 de enero se produjo un estallido social producto de insatisfacción generalizada de las condiciones de vida y situación económica infrahumana focalizada principalmente en la población indígena y campesina de nuestro país”
Tata Mateo Latin Couahuit
Alcalde del Común de los Izalcos


La masacre indígena-campesina de 1932 ocurrió en el Señorío de los Izalcos, ahora conocido como los municipios de Tacuba, Juayúa, Concepción de Ataco, Sonsonate, Santa Ana, Ahuachapán, Izalco, Cuisnahuat y Nahuizalco.

Para conmemorar la fecha, la alcaldía del Común de los Izalcos ha preparado actividades desde hoy, 21 de enero, que se extenderán mañana.

Conmemoración de masacre indigena 1932 en Izalco. / Cortesía
Conmemoración de masacre indigena 1932 en Izalco. / Cortesía



A las 6:00 de la tarde, este 21 de enero, partirán desde la casa templo en el barrio Cruz Galán, hasta la fosa común El Llanito, en el casco urbano, un lugar considerado como “suelo sagrado”, por la comunidad, debido a que ahí descansan los restos de sus abuelos.

Mañana, 22 de enero, las actividades inician a las 6:00 de la mañana en una “ceremonia ancestral”, abierta al público.

Tendrán ponencias sobre los eventos ocurridos en 1932, actos culturales, presentaciones de libros, teatro y música coral.

Entre las participaciones relevantes están la agrupación musical Taltipac, Romeo Reyes, Franklin Quezada, Shulul y poetas de la talla de Joaquín Meza, Julio Leiva y otros, coro de la Universidad Don Bosco, Grupos de teatro Las tres prietas y las Huellas del venado, la ponencia es del Doctor Rodolfo Aníbal Morales.

Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía
Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía


Las demandas.

Según el tata Mateo Latin Couahuit, la principal deuda histórica del Estado salvadoreño es la visibilización de los pueblos Ulúas, las Lencas, los Cacaopera, los Chortís, los Nonualcos, el nahua-pipil, Xincas, los Pocomanes, Cacahuira que aún existen en el país.

Además, que se les tome en cuenta en decisiones de la agenda nacional que involucran a los pueblos indígenas.

“Los pueblos originarios nos somos estorbo para el desarrollo ni nos oponemos a ello, ya que inclusive nuestros pueblos originarios se desarrollaron en convivencia con el entorno”.
Tata Mateo Latin Couahuit
Alcalde del Común de los Izalcos


La Alcaldía del Común de los Izalcos es una organización ancestral que representa a la comunidad nahuat-pipil desde épocas coloniales.

Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía
Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía



El tata resalta que el Estado salvadoreño nunca ha buscado la verdad sobre la masacre indígena y tampoco ha pedido perdón. Recuerda que el expresidente Mauricio Funes desarrolló un acto de petición de perdón, pero no los invitó “por la cual, no avalamos dicha acción”, afirmó.

¿Qué provocó la masacre indígena?

Según la alcaldía del Común de los Izalcos hubo una serie de causas que desencadenaron la matanza, considerada como crímen de lesa humanidad.

En breve, la resumen como una “acumulación de desigualdad social”, que inició con la expropiación de ejidos comunales, que buscaba desarrollar cultivos del café.
También agregan como causa, las falsas promesas de campaña del entonces presidente Arturo Araujo.

Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía
Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía



“Durante los años 1930 y 1931 el Partido Laborista propuso como candidato al Ing. Arturo Araujo. Como promesa de campaña se ofreció devolver y repartir tierras a los campesinos e indígena, en el caso de ganar las elecciones. El Ing. Arturo Araujo fue electo; pero no cumplió la promesa de repartir las tierras, por lo tanto, generó un descontento generalizado en las poblaciones indígenas”, explica el alcalde del Común.

Los pueblos originarios también manejan como causas la conspiración y la provocación; la primera, a través de la supuesta versión oficial donde los medios de comunicación hicieron creer que el Partido Comunista de El Salvador diseñó un plan insurreccional y de conspiración contra el gobierno de turno.

“Importante aclarar que este movimiento no es producto de ninguna organización política o ideología como se ha pretendido manejar, ya que si bien ya existía el partido Comunista, no tenía la capacidad logística, de recursos e influencia de generar un movimiento de esta magnitud”.
Tata Mateo Latin Couahuit
Alcalde del Común de los Izalcos


Por otro lado, la tesis de la provocación que maneja la comunidad, es que la insurrección fue planeada e instigada por el general Maximiliano Hernández Martínez para luego aparecer como “el salvador” del país ante el comunismo internacional y ganar la confianza de Estados Unidos, ya que no gozaba de su reconocimiento.

Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía
Conmemoración de masacre indigena 1932. / Cortesía