La aprobación legislativa de la presidenta interina de El Salvador a partir del 1º de diciembre de 2023, hasta el 31 de mayo de 2024, según el decreto legislativo 902, es parte del combo de una “licencia” también inconstitucional aprobada a Bukele por su mayoría parlamentaria, en la que autorizan al candidato/presidente para realizar campaña electoral también inconstitucional, y delegan la función presidencial en Claudia Juana Rodríguez de Guevara, una empleada de confianza vinculada a las empresas de la familia Bukele y colocada por el mandatario en distintas funciones estratégicas del Gobierno en las que se manejan grandes presupuestos.

La licencia se decidió sin que mediara una solicitud y comparecencia personal del presidente Bukele ante el pleno Legislativo, tal como lo manda la Constitución para autorizar permisos al mandatario. Además, el decreto no se publicó en tiempo en el Diario Oficial; y tampoco realizaron la respectiva juramentación de la Señora Designada para asumir la presidencia, tal como lo establece el art. 235 Cn. “Todo funcionario civil o militar, antes de tomar posesión de su cargo, protestará bajo su palabra de honor, ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución...” en este caso el juramento debió ser ante el pleno de La Asamblea Legislativa que la eligió.

Sin embargo, a estas alturas, qué sentido tiene el respeto, salvaguarda o rigurosidad de formalidades sucesorias, ante la desvergüenza de pretender la reelección presidencial continua, antes tajantemente negada por Bukele y Félix Ulloa, tal como está registrado por distintos medios de comunicación. Es vulgar tratar de justificar entre tumbos, saltos y maromas atropelladas la inconstitucional candidatura presidencial de Bukele para la reelección continua. Este hecho grotesco, cuya inminencia fue denunciada oportunamente por críticos y opositores, fue visto por algunos, solo como una imaginaria exageración o ligereza, en la que también cayeron prominentes personalidades que se sumaron ingenuamente, o tal vez de buena fe en el proceso de reforma constitucional, un proyecto que está por venir, con el que pretenden perpetuar la dictadura.

La mayoría Cian en la legislatura le aprobó una licencia en “combo” para que Bukele pueda hacer campaña electoral, sin separarlo del cargo. Más bien le garantiza prerrogativas como disponer de la fuerza militar del Batallón Presidencial, que incluye seguridad personal proporcionada por unidades elites del ejército. Por esta vía dispone de información de inteligencia; de infraestructura presidencial; logística, unidades de transporte terrestres, aéreos y marítimos exclusivos; además de toda una parafernalia de prerrogativas que le dan ventaja absoluta sobre el resto de los competidores por la elección presidencial.

Como en la fábula de la competencia entre el conejo y la tortuga, Bukele lleva la enorme ventaja mediática de una campaña orquestada desde el mismo Gobierno, con fabulosos recursos públicos, financieros, mediáticos y materiales, desde los que Bukele se exhibe inaugurando obras en pleno periodo de convocatoria y campaña electoral. Se luce protagonizando el arranque de la presa hidroeléctrica El Chaparral; el fabuloso y multimillonario certamen de Miss Universo, en el que su figura aparece en el centro; se presenta en el escenario de la inauguración de la portentosa Biblioteca Nacional, generosamente donada por el pueblo y Gobierno de China, una gestión realizada por el Gobierno anterior; se recetó la inauguración de la base del Sistema de Emergencias Médicas; no desaprovechó la inauguración de la clínica en la isla Tasajera; y no desaprovechó la portada de poner la primera piedra para la construcción del Estadio Nacional, otra obra generosa proyectada por el Gobierno de China, también producto de una gestión del gobierno anterior.

La trayectoria política de Juana Rodríguez, presidenta interina del país, surge de la administración financiera de la empresa de publicidad Obermet, vinculada a la familia Bukele; luego asumió la administración financiera de las dos municipalidades que en su momento gobernó Bukele. Al llegar este al Gobierno central, asumió vertiginosamente la gerencia financiera de Casa Presidencial (CAPRES), se convirtió en directora propietaria del FOVIAL; en coordinadora del consejo de administración de Becas FANTEL; secretaria del consejo de ministros, secretaria privada de la Presidencia, presidenta de la junta directiva de la Dirección de Obras Municipales; además de manejar la Secretaría Nacional de Finanzas del Partido Nuevas Ideas de Bukele. Indudablemente conoce todos los recodos donde están los recursos financieros del Gobierno. Bajo este esquema, ¿Bukele, además de candidato, seguirá siendo presidente en funciones prevaliéndose de los recursos del estado en su campaña electoral?