El 24 de febrero pasado, los embajadores de Francia y Alemania en El Salvador publicaron un artículo en el periódico “El Mundo” titulado “El aniversario siniestro”, que demostró su ignorancia de la naturaleza del conflicto en Ucrania.

Comienza con mentiras descaradas. En primer lugar, acusar de ambiciones imperiales a Rusia, país que contribuyó en gran medida al colapso del sistema mundial de colonialismo, es colmo de hipocresía. Si Ustedes, estimados colegas, se oponen sinceramente al colonialismo, entonces mejor que los países del Occidente renuncien de una vez a sus colonias, vergonzosamente llamadas ahora “territorios de ultramar”. No es Rusia que está en guerra con Ucrania por nuevos territorios, que nosotros tenemos en abundancia, sino que los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN luchan contra Rusia independiente y soberana. Al hacerlo, están utilizando a Ucrania como una sumisa herramienta letal para defender su supremacía de gran potencia, dominando el mundo bajo la “Doctrina Monroe” global y el concepto del “orden basado en reglas” que el Occidente establece arbitrariamente según sus intereses egoístas. Rusia, en cambio, lucha por un nuevo orden mundial multipolar, más justo y equitativo para todos países, grandes y pequeños. Ya se está formando, y no se puede revertir esta realidad histórica objetiva.

En segundo lugar, no me cansaré de repetir que las acciones de Rusia en Ucrania son una medida forzada, incluso de autodefensa. Los países del Occidente colectivo no nos dejaron otra alternativa, ignorando nuestros intereses nacionales y rechazando arrogantemente en diciembre de 2021 las propuestas rusas sobre estabilidad geopolítica y garantías de seguridad. La OTAN continuó acercándose a las fronteras de Rusia, mientras las fuerzas armadas ucranianas intensificaban el bombardeo indiscriminado de civiles en Donbass, que se negaban a someterse a los ultranacionalistas de Kiev que llegaron al poder como resultado del golpe de Estado de 2014, realizado con el apoyo de EU y sus aliados europeos. El Gobierno ucraniano no tenía ninguna prisa por aplicar los acuerdos pacíficos de Minsk, que, según las cínicas revelaciones de la ex canciller alemana Angela Merkel, el ex presidente francés François Hollande, no eran más que una tapadera para preparar una solución militar del conflicto. Durante 8 años de genocidio en el Este de Ucrania, unas 15 mil personas fueron asesinadas con el consentimiento tácito del Occidente y la comunidad internacional y Kiev empezó a hablar de la necesidad de poseer las armas nucleares. Fue entonces cuando nuestro país intervino oportunamente y lanzó una operación militar especial en vísperas de la planeada para marzo de 2022 invasión ucraniana a Donbass.

Rusia podría haber puesto fin a este conflicto a la velocidad del rayo, utilizando todas las fuerzas y medios modernos a su disposición, pero las consecuencias de tal paso habrían sido catastróficas. Por lo tanto, el Ejército ruso avanza lentamente mientras utiliza la táctica de “machacar” a las fuerzas enemigas, tratando de evitar en lo posible las bajas entre los militares y civiles, minimizando daños económicos.

En tercer lugar, ¿acaso es Rusia culpable del problema alimentario mundial? Participó activamente en las negociaciones con Turquía y el Secretario General de la ONU sobre el “Acuerdo de exportación de grano” y facilitó los corredores necesarios para exportar alimentos desde Ucrania. Sin embargo, a pesar de las promesas del Occidente, la mayor parte del grano ucraniano nunca llegó a los países pobres, sino a la rica Europa. Mientras los medios de comunicación mundiales ocultaron deliberadamente la noticia de que Rusia estaba dispuesta a enviar libremente hasta 500 mil toneladas de grano a los países más pobres del mundo y a suministrar fertilizantes gratuitamente.

Al finalizar quisiera subrayar que ningún gobierno normal toleraría en su vecindario un Estado títere neonazi como el que es hoy Ucrania y con mayor razón no lo tolerará Rusia, que pagó con 27 millones de vidas de sus ciudadanos por la victoria sobre el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, no cabe duda de que se alcanzarán todos los objetivos de la operación militar especial establecidos por las máximas autoridades rusas - Ucrania será desmilitarizada y desnazificada.