Luis González es el director de incidencia de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), una organización que trabaja de cerca con las comunidades de Ahuachapán cercanas a la región hidrográfica del río Paz que fueron afectadas por las lluvias del recién finalizado temporal de junio de 2024.

González sostiene que casi el 90 % de la población salvadoreña está bajo algún nivel de riesgo ante amenazas como las lluvias pero cree que históricamente las autoridades responden de manera reactiva y no preventiva. "Está bien hacer planes de respuesta, pero hay que adelantarnos", dice, en referencia a medidas costosas pero necesarias como la construcción en altura en lugares de inundación e incluso un giro en algunos cultivos.

En la necesaria política de reacción ante amenazas y vulnerabilidades, este ambientalista sugiere fortalecer la organización local –comités locales– y su conexión con Protección Civil para poder prevenir de manera efectiva tragedias en distritos o municipios. “Lo ideal es que en cada municipalidad (o distrito) haya un encargado de Protección Civil vigilando los riesgos”, subraya.

Con esto hay que hacer una ecuación: el riesgo de desastres es una suma entre la amenaza más la vulnerabilidades, obviamente, frente a las amenazas que puede ser de origen natural, mixto o humano, poco se puede hacer. El país es muy vulnerable en infraestructura, acceso al agua, electricidad y en el tema alimentario.



¿Se puede cuantificar cuánta población está en situación de vulnerabilidad por las lluvias en el país?

En algún momento organizaciones internacionales como German Watch, catalogaban que el 89 % del territorio nacional tiene algún tipo de de riesgo, de inundación, de erupciones volcánicas, deslaves, derrumbes y eso hacía de que el 95 % de la población estuviéramos en riesgo.

Cuando miramos el tema de la lluvia, todo el país está afectado, obviamente hay zonas que son más afectadas que otras cercanas a ríos, a la costa, a colina, donde pueden haber derrumbes. Si bien es cierto toda la población está afectada, es una afectación común pero diferenciada, esta diferencia se refiere a los recursos, qué tan expuesta o no esté a esta amenaza, no es igual una población que habite en una construcción de concreto a alguien que tenga una de madera.

¿Cómo ha evolucionado el enfoque de los equipos de Protección Civil, ven la organización con comisiones locales actualmente?

Históricamente el actuar de las autoridades frente a los riesgos ha sido un actuar reactivo, es decir, a pesar de que tenemos una Ley de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres, que habla de prevención, muy poco se acciona o se planifica de prevención, la mayoría del actuar es reactivo frente a la emergencia, ¿a qué refiere esto?, a activar albergues, acceder a la alerta temprana, hacer evacuaciones, lo cual no es malo.

Eso que he mencionado se ha hecho, pero creo que es importante que las autoridades avancen a un enfoque de prevención. No podemos controlar que llueva, que no llueva, pero lo que sí podemos controlar es como reducimos la vulnerabilidades y generamos capacidades para que las comunidades vayan generando resiliencia.

Ya la población estaba débil en el tema alimentario, venimos de sequía, de El Niño y ahora los primeros cultivos que estaban trabajando se han visto impactados. Inicialmente los daños van a ser en infraestructura pero a mediano plazo vamos a ver otros elementos, enfermedades, alimentación (crisis).


Sabemos que va a llover mucho, es importante que la gente que habita cerca de los ríos no habite ahí. Inicialmente, desde un enfoque reactivo es ‘saquemoslas de ahí cuando llueva’, las llevamos a un albergue, les damos alimento, las cuidamos y, cuando todo mejora, regresa. Eso es la respuesta ante una emergencia o un desastre.

Un enfoque preventivo debería ser: esta gente no debería de habitar ahí y busquemos las otras opciones de vivienda adecuada, digna, segura, para que no estén cerca del río; lo otro podría ser, si hay una zona de infiltración de agua y sabemos que con el impacto del cambio climático esa zona se deforesta o se impermeabiliza, eso va a generar mayor aumento de agua en la zona baja de la cuenca y más inundaciones, más riesgos, entonces, aumentemos el bosque en las zonas de recarga hídrica, en la parte alta de los cerros, para que sea menor la cantidad de agua que baje y que cause inundaciones. Esto es una visión preventiva o prospectiva. Eso hace falta.

Tenemos mapa donde se ubica la población en las zonas de riesgo y un buen observatorio ambiental, con esta información, se debería tomar decisiones orientadas a prevenir. No digo que no se debe hacer respuesta o acciones reactivas, se deben seguir haciendo, pero en la medida que prevengamos van a ser menores y vamos a evitar muertes, mayor afectación en medios de vida, llámese agricultura, pesca, comercio, industria.

Una acción medianamente preventiva debería ser ‘si yo sé que vamos a tener un periodo invernal muy fuerte y que puede haber eventos climáticos extremos, yo voy a tener listo, además del albergue para las personas, un espacio seguro para que las personas que tienen especies menores puedan llevarlas en caso de mucha lluvia para que no pierdan el ganado.

Porque, si no, después de la emergencia, esta gente queda todavía más pobre. Eso debería ser como como acciones a considerar y que hoy por hoy no se han hecho.


Con esto de nuevo digo, o sea esto es históricos y lo que hay que tomar en cuenta es que estos eventos climáticos extremos, con el impacto del cambio climático, cada año van a ser más fuertes, se van exacerbar y van a golpear más fuertemente a las comunidades. Tenemos que tener esa visión de largo plazo y poder adelantarnos a lo que pueda pasar.

Las inundaciones se están viendo en todo el mundo, ¿a qué se debe?, ¿qué deberían hacer los Estados, los gobiernos y qué deberíamos hacer nosotros como población?

El cambio climático global se produce por el aumento de gas de efecto invernadero, producción de manera artificial por los seres humanos, calienta el planeta y eso hace que el clima cambie, eso es lo que hace es exacerbar los extremos de la variabilidad climática.

Que acá llueva no es algo raro, pero que llueva tan intensamente en poco tiempo ahí hay un cambio, se le puede sacar el cambio climático que tengamos el fenómeno de El Niño o La Niña tampoco es algo extraño, lo que pasa es que antes era cada 10 años. Ahora lo tenemos, a veces, los dos fenómenos el mismo año, eso no es normal, también achacamos al cambio climático los extremos en temperatura.

Si bien es cierto el cambio climático global, que afecta todo el planeta, tiene ciertas particularidades con ciertos territorios especialmente vulnerables como El Salvador o todo el istmo centroamericano.


Ese cambio climático que ha provocado otros países nos golpea especialmente fuerte en El Salvador porque somos muy frágiles para enfrentar esa realidad, esta fragilidad ha sido construida, no es de ahora, tiene que ver con cómo nos hemos desarrollado a través de las últimas décadas, hemos deforestado, hemos contaminado el agua, hemos impermeabilizado el suelo, hemos construido sin ningún tipo de planificación, esa realidad nos hace más débiles.

En ese sentido, ¿qué se debería hacer?

Uno, es importante que el Estado, en las negociaciones internacionales del clima, exija a los países desarrollados que reduzcan sus gases de efecto invernadero para que el cambio climático no sea todavía más desastroso, es decir, puede seguir empeorando y, en la medida que los países no aumentan su ambición para reducir los gases de efecto invernadero, el clima va a seguir cambiando para peor y va a seguir impactando los países más pobres y vulnerables.

Un segundo elemento es la adaptación. Sabemos que todos los años va a llover mucho y que puede afectar a las comunidades, está bien hacer planes de respuesta, pero hay que adelantarnos, hay que avanzar a algo más.

Cómo en el tema de educación, salud, infraestructura, agua, alimentación, se ajustan las medidas para enfrentar esa nueva realidad. Eso se llama adaptación. Esto implica recursos, muchos recursos que el Estado no tiene y que, según las negociaciones internacionales del clima, deberían ser los países ricos o desarrollados o del anexo 1 al Protocolo de Kioto que los brinden.


Entonces, por ejemplo, yo vivo en el Bajo Lempa y todos los años mi vivienda se inunda, pues, vamos a construir en altura, vamos a construir con pilones para que estén a una altura, que la casa no se me dañe o vamos a construir con flotadores para que la casa suba con el nivel de la marea, eso no es barato y está muy difícil que el Estado pueda asumir esos costos.

Con el tema de la agricultura, si yo sé que en una zona todos los años pierdo por mucha lluvia, tal vez ya no hay que sembrar maíz y frijol, sino que tal vez arroz, que se da mejor con mucha lluvia, pero no es tan automático porque tiene que ver con un cambio cultural, con apoyo técnico y tiene que haber recursos para hacerlo.

También acá tenemos condiciones que nos hacen frágiles, en la medida que una urbanización construye en una zona de riesgo, que haya inundaciones o derrumbes, tiene que ver el cambio climático, pero también tiene que ver la decisión de haber construido sin tener los permisos, sin hacer el estudio técnico.

¿Cómo población qué podemos hacer primero?, informarnos sin duda. Hay una Ley de Protección Civil, se ha declarado emergencia nacional y seguir lo que dicen las autoridades, Protección Civil nacional, departamental, municipal y local, seguir las indicaciones para evacuación cuando sea necesario.

Que la gente esté pendiente de las alertas, de las redes sociales del Observatorio Ambiental, es decir, hay información que está hablando el Ministerio de Medio Ambiente y hay que estar pendiente de esta información para tomar decisiones de las comunidades. En las comunidades hay una memoria histórica, por ejemplo, en la tormenta 12-E en el 2011 saben cuánto fue lo que llovió, en ese momento cayeron más de 1,500 milímetros de agua en 10 días, es decir, casi un metro y medio de agua por metro cuadrado. Entonces, ir tomando decisiones, si tanta agua caído, qué tanto puedo más esperar sin salir de mi hogar y autoevacuar cuando consideremos que hay un peligro. Creo que como ciudadanos tenemos que estar muy conscientes de esta realidad, tomar las medidas para protegernos, proteger a su familia, a la comunidad y, cuando esta situación de emergencia termine, empezar a ver a futuro, el tema de la reforestación, del cuidado del manglar, el cuido de bosque, los ríos, denunciar y sancionar, entre muchas acciones que pueden cambiar de comunidad a comunidad.

Algunas de las muertes que han ocurrido durante estas lluvias se debió a que muro cede en una vivienda, ¿quién es el encargado de ver si en la vivienda de una persona hay un muro, talud o un árbol que pueda caerse y provocar una tragedia?

Sí, en eso tendría que ser, según el Sistema Nacional de Protección Civil, el nivel que le corresponde, es decir, lo ideal es que haya comités comunales y municipales, que son los más cercanos a la comunidad, que estén permanentemente dándole seguimiento a ese tipo de riesgos. Es que, según la Ley de Protección Civil, en cada comunidad, debería haber un mapa de riesgo que puede identificar estos taludes, estos árboles, estos paredones que se puedan caer en un momento de mucha lluvia, y otro tipo de amenazas, no sé contaminación en el río.

Lo ideal es que, teniendo identificado en este mapa, cuáles son los riesgos, cuáles son las vulnerabilidades, se puedan tomar decisiones. Entonces, aquí es la municipalidad, tendría que estar muy pendientes de, por ejemplo, sabemos que hay 10 familias que habitan en una zona donde es posible que haya derrumbes y el Ministerio de Medio Ambiente ha dado el anuncio que se ha acumulado tantos milímetros de agua en 24 horas, entonces, eso, según nuestra experiencia, va a provocar un derrumbe en las próximas 48 horas, saquemos esa gente.

Yo creo que esto es importante, hay que fortalecer este vínculo, esta relación, entre la información que se genera en el sistema nacional y la información que le llega a las municipalidades y a los comités locales.


Yo he visto municipalidades que en esto, por ejemplo, en San Francisco Menéndez recuerdo que en la alcaldía tenían un televisor con la información en tiempo real de todo lo que generaba el Ministerio de Medio Ambiente, los monitorean muy constantemente, no puedo hablar de otras municipalidades. Pero eso sería lo ideal, de que en cada municipalidad haya un encargado de Protección Civil permanentemente vigilando las estaciones de riesgos de las comunidades.

¿O en cada distrito ahora?

O cada distrito y tomando decisiones de cara eso. No van a ser las mismas vulnerabilidades. Por ejemplo, en el Bajo Lempa, ahí hay señalamiento, si sabe que el agua llega a tal punto que la gente empieza a evacuar, estar pendientes de las bordas, que se les dé mantenimiento.

Para eso se crea el Sistema Nacional de Protección Civil, se aprueba la ley en el 2005, para darle seguimiento a esto, aunque es un enfoque emergencista, pero se debería desarrollar lo mejor posible y hay que pasar en algún momento a un enfoque correctivo y después prospectivo frente a los riesgos de desastres.

Usted mencionaba que eran necesarias reformas a la Ley de Protección Civil. ¿Qué reformas serían necesarias?

En el tema de prevención, se menciona pero habría que desarrollarlo más. Lo otro, el tema de cambio climático, la ley fue aprobada en el 2005, el tema del cambio climático era poco en El Salvador. Es una propuesta Ley de Cambio Climático se presentó a la Asamblea en el 2016, todo lo que tiene que ver con mitigación, adaptación, pérdidas y daños, debería de incluirse el tema de Protección Civil, el tema de gestión de riesgos, considerando el cambio climático como un riesgo más a ser considerado y a ser gestionado.

La quinta parte de las viviendas en El Salvador no están construidas con materiales adecuados en sus paredes y techos. ¿Por qué los gobiernos nunca han podido crear una política de vivienda que impacte realmente la vida de la población afectada?

Yo creo que tiene que ver con recursos. En la medida de que se generan proyectos formales de vivienda, se pueden aplicar adecuadamente estos criterios arquitectónicos o de construcción pero, cuando la población construye según su real saber y entender esto no se aplica, muchas viviendas no siguen las autorizaciones ni para el tema de agua, ni para el tema de energía y obviamente no lo hacen no porque no quieran sino por no tener los recursos.

Sin duda tendría que promoverse apoyos a cooperativas de vivienda, apoyos a estas comunidades más pobres y vulnerables, para que poco a poco vayan mejorando los materiales de vivienda, aunque, de nuevo, hay otros condicionantes. Hay población que construye sus muros de cemento o de ladrillo, pero, si no trabaja adecuadamente el suelo, pues van a hacer una inundación, incluso para dónde se va a construir... Es un gran reto en El Salvador y en la región centroamericana poder enfrentar adecuadamente los riesgos sabiendo de que estos van a ir aumentando en las medidas que también aumentan los estados del cambio climático global.

La UNES dice que las comunidades organizadas salvan vidas, ¿cuántas comunidades están organizadas en el país?

En las que trabajamos nosotros, en la región geográfica del río Paz, tenemos seis comunidades que tienen un nivel de organización importante y, en el caso de la región Cara Sucia, hay tres comunidades más, pero son con las que trabajamos nosotros.

Yo sé que en el Sistema de Protección Civil hay muchas más comunidades organizadas y, si consideramos otro tipo de organizaciones como las cooperativas, las juntas de agua, hay bastante organización.

Lo que ocurre es que no toda organización que existe está adecuadamente capacitada de emergencias, ahí también el reto es cómo desde las autoridades se dan procesos de formación partiendo del tipo de emergencia y cómo se articulan a estas comunidades en el Sistema de Protección Civil a nivel de Comités Comunales de Protección Civil.

Es importante decir que, aunque el territorio nacional es pequeño, no es tan grande como Honduras o Guatemala, siempre va a ser necesaria la participación ciudadana para enfrentar ese tipo de eventos y por eso es que la organización salva vidas en la medida que haya comunidades organizadas.


Obviamente, en una muy buena articulación con las autoridades, pueden apoyar en tareas de Alta Temprana, seguridad, evacuación, atención en albergues, todo lo que implican los albergues, el tema de elaboración de alimentos y adolescencia, actividades lúdicas en un momento de emergencia, hay muchas tareas que todos y todas podemos colaborar en el nivel que nos corresponda.

Yo creo que los medios de comunicación, brindando informes, las alertas, dando los pasos poniendo al acceso a la población los números de emergencia, todos podemos aportarles lo que plantea la Ley de Protección Civil, prevención de investigación de desastres.

Entonces, habría que activar esta participación ciudadana, esta organización, para hacerle frente a todos los riesgos, sabiendo que somos un país con muchos riesgos y que el nivel de vulnerabilidad casi no genera que tengamos riesgo de desastre permanente, entonces, la mejor forma de atender esto con la participación ciudadana, con una participación organizada que, de la mano de las autoridades, pueda salvar vidas.