Los productores de café aseguraron que no pudieron dar mantenimiento a las fincas por la falta de financia-miento tras la crisis de bajos precios. / DEM


Lejos quedaron los sueños de recuperar el sector caficultor y de volver a posicionar a El Salvador como uno de los principales productores de café. Ahora el panorama se nubla y el sector espera que la cosecha de 2019/2020 deje una producción en niveles de 1890, hace 130 años.

La Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) prevé que el ciclo 2019/2020 deje una producción de 600,000 quintales de café y, de cumplirse esa proyección, el sector reportaría una caída hasta del 37 % frente a los 955,115 quintales del período 2018/2019. “Con esta cosecha se tiene un retroceso de 130 años, ya que en 1890 se tenía registrada una producción similar”, aseguró Omar Flores, presidente de la gremial.

La Acafesal basa su estimación en los resultados de producción hasta enero pasado de una cosecha de 563,390 quintales de café. Ese rendimiento equivalente a una caída del 32% frente al mismo mes del ciclo 2018/2019, cuando se habían reportado 831,545 quintales; es decir, que ya se dejaron de producir 268,155 quintales, según los datos del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).

El ciclo de cosecha usualmente inicia en septiembre u octubre de cada año, y concluye por abril y mayo. Entre diciembre y enero son los meses de mayor recolección, mientras que por febrero y marzo solo se corta el café de estricta altura, que representa el 18 % del parque cafetero nacional.

 

¿Por qué caería?

El sector caficultor decayó hace siete años tras enfrentarse a un severo brote del hongo de la roya, tanto así que la producción pasó de 1.73 millones de quintales en el ciclo 2012/2013 a reportar 700,025 quintales en la cosecha 2013/2014.

Desde entonces, el sector no recupera sus niveles de producción a pesar que durante los últimos cinco años se entregaron plantas para renovar el parque cafetero; sin embargo, los caficultores no tuvieron los recursos para dar mantenimiento a las fincas y básicamente se perdieron.

¿Por qué baja la cosecha?, cuestionó Flores al tiempo que explicó que en el último año “la mayoría de caficultores no pudo dar mantenimiento por la baja en los precios internacionales y la falta de financiamiento, así como los efectos del cambio climático”.

Entre un proceso de recuperación de producción, el sector se enfrenta desde 2017 a una drástica caída de los precios internacionales del café a niveles de hace 12 años. A pesar que en los últimos dos meses de 2019 se mostró una recuperación en el valor de la libra de café, al cerrar en diciembre en $1.17, en enero pasado se volvió a registrar una baja y se colocó en $1.06, perdió $0.11.

La gremial advirtió que es “urgente” dar mantenimiento a los cafetales para las próximas dos cosechas, pues de “no hacerse las labores agrícolas necesarias la producción será cada año menor, al grado que la caficultura tenderá a desaparecer”.



Años dorados

La historia del cultivo de café se remonta a los últimos 224 años, en 1796, cuando se encontraron las primeras plantas en terrenos de campesinos en Ahuachapán. Su cultivo alcanzó auge en la década de 1950 e inició un proceso de modernización, estimulado en ese entonces por los altos precios.

Aunque el CSC posee estadísticas públicas de producción desde 1980, se tienen registros que en la década de 1970 El Salvador se convirtió en el quinto productor mundial y el cuarto exportador con cosechas cercanas a los cinco millones de quintales.

Entre 1980 y 1990, el café aún mantuvo su producción entre los tres y cuatro millones de quintales, y fue hasta inicios de 2000 que comienza a caer a niveles de uno y dos millones.