El analista política, Rubén Zamora, criticó hoy la falta de nombramiento de embajador de El Salvador en Washington, Estados Unidos, consideró que el país carece de política exterior y dijo que el Ministerio de Relaciones Exteriores “hace lo que Estados Unidos le ordena”.
Según Zamora, el actual gobierno no ha nombrado embajador en el país norteamericano, desde junio pasado, porque no lo necesitan y porque “todo lo arreglan aquí”.
“El acuerdo entre la empresa privada y el gobierno, que es el acuerdo tipo nicaragüense, yo a ustedes los voy a dejar hagan los negocios como quieran, y a mí me dejan gobernar como yo quiero. Ese es el acuerdo básicamente. Lo estoy poniendo en palabras gruesas. Eso se hizo en la embajada norteamericana, en una reunión a la que cita la embajadora anterior, no el actual”, aseguró en la entrevista Frente a Frente de Telecorporación Salvadoreña (TCS).
El también exembajador de El Salvador ante Naciones Unidas sostuvo que “aquí se hace lo que Estados Unidos quiere", lo que señaló no es un secreto, ya que el presidente de la República, Nayib Bukele, dice “a cada rato” que quiere tener buenas relaciones con EEUU", y valoró que lo que el mandatario entiende por buenas relaciones es “hacer lo que ellos quieren”.
Para Zamora, eso, en términos de desarrollo diplomático y de relaciones internacionales, es “tan nocivo como el enfrentamiento permanente y total de, por ejemplo, Venezuela”, debido a que se pierde la naturaleza de la política exterior del país, que consiste en defender los intereses nacionales.
“Que no se le olvide al gobierno que hay más de dos millones de ciudadanos salvadoreños viviendo en Estados Unidos, que ahora son insultados, que ahora les están quitando todo, y el gobierno salvadoreño mire (lleva su dedo índice a su boca), una sola palabra no dice, o si no se aprovecha de decir que ha trabajado con cosas que no tienen que ver ni con el gobierno de Trump ni con el gobierno de El Salvador”, afirmó.
En junio del 2019, a días de haber asumido las riendas del Ejecutivo, Bukele ordenó el despido de la embajadora de El Salvador en Washington, Claudia Ivette Canjura, argumentando que era la hija del exministro de Educación, Carlos Canjura, y quien, según el presidente, devengaba $7,970.14 mensuales.
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Ese mismo día (10 de junio) también ordenó la remoción de Guillermo Antonio Olivo, quien fungía como cónsul de Woodbridge, en Virgnia, aduciendo que es primo del expresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Olivo recibía un salario mensual de $3,226.