Ganaderos advirtieron que habría desabastecimiento si los mercados de la región se cierran ante el avance del Covid-19 pues el sector tardaría hasta 15 meses en reactivarse. / DEM


El sector ganadero de El Salvador se encuentra al límite de la quiebra tras el desplome del consumo nacional y el exceso de productos lácteos importados. Asegura que ya se enfrenta a pérdidas y habla que está en riesgo el empleo de unos 37,000 salvadoreños que dependen de este rubro.

Luego que se decretara cuarentena domiciliar y se cerraran varios negocios, el sector ganadero comenzó a observar cómo el consumo nacional decrecía hasta llegar a una caída del 30 %. Sin embargo, El Salvador siguió importando productos lácteos desde Nicaragua, de esa forma, la sobreoferta ha hecho que los ganaderos locales pierdan mercado frente a un menor precio, explicó Alfonso Escobar, presidente de la Asociación de Productores de Leche de El Salvador (Proleche).

En la última década, el sector se enfrentó al incremento de importaciones de lácteos desde Nicaragua y Honduras que poco a poco cobraron más mercado frente a los productores locales. Solo en 2019, El Salvador compró a los productores nicaragüenses derivados de lácteos valorados en $129.07 millones y significó un incremento de $33.87 millones, un 26 %, frente a 2018.

Al ingresar lácteos con menor precio, se minó la producción nacional y gradualmente comenzó a caer. Escobar recordó que durante el mandato del expresidente Elías Antonio Saca se generaban unas 500,000 botellas diarias, luego durante los dos gobiernos del FMLN cayó a unas 300,000 pero en 2017, tras lograr que se controlaran las medidas sanitarias de importación, el sector recuperó su ritmo con medio millón de botellas por día.

A pesar que las importaciones “han ido ahogando” al sector, aseguró el vocero, después de decretar la cuarentena la situación “se complicó terriblemente” porque los salvadoreños limitaron sus compras. Antes de la emergencia, la botella de leche se vendía a $0.40 y ahora el valor anda en $0.25, insuficiente para cubrir los costos de producción para los los ganaderos de mayor escala.

Se estima que desde el inicio de la emergencia comenzaron a perder hasta llegar a unas 200,000 botellas diarias. Si no se atiende “este problema se provocará cierre de ganaderías, pérdidas de empleo, pero, lo más importante, se comprometerá la seguridad alimentaria de los salvadoreños”, advirtió la gremial.

“La situación es difícil”, agregó Javier Reyes, representante de ganaderos de la región oriental. Pidió que se restrinja el ingreso de lácteos desde Nicaragua porque, según estimaciones del sector, los productos traídos desde el país vecino abarcan el 104 % del mercado nacional. “Nos está matando, nos va a acabar como sector de ganaderos”, sumó.

 

¿Cuál es el riesgo?

Si El Salvador mantiene su dependencia de las importaciones y la situación del Covid-19 se incrementa al punto de cerrar más los mercados de la región, se podría poner en riesgo el abastecimiento de los lácteos en el país porque el sector ganadero nacional no podrá responder si su actividad productiva se ha paralizado.

“Las vacas no son como cualquier otro negocio”, advirtió Escobar al explicar los productores deben alimentar y mantener los cuidados de los bovinos. Entonces, cuando el mercado se cierra al consumo de lácteos, el sector “solo tiene dos opciones” de darle menos alimentación para que no produzca leche o se envían al rastro.

Al dejar de alimentar una vaca por un período, continuó explicando, para que vuelva a producir leche el animal debe quedar embarazada y dar a luz. Esto puede tardar entre 12 y 15 meses. El sector es responsable de 250,000 empleos y, si la situación se mantiene, está en riesgo la pérdida del 15 % de estos, unos 37,000, indicó Escobar.

“Es una crisis muy grave, no estamos vendiendo la leche porque no hay producción de queso, las procesadoras de leche no están operando porque todo está cerrado por la crisis”, sumó Nelson López, ganadero de Morazán.