La Asociación Salvadoreña de Ingenieros Mecánicos Electricistas e Industriales (ASIMEI) celebrará mañana 9 de Marzo su 50o. aniversario. Es una vigorosa institución, cuenta con cerca de 300 miembros, ha optimizado sus actividades técnicas a pesar de la mediocridad incentivada por la corrupción en nuestro medio y participa en diversos comités y directivas a solicitud del gobierno.

En marzo de 1992, fui designado para dar el discurso en la ceremonia de celebración de su 25o. aniversario. Relaté los orígenes de ASIMEI, desde intercambios de ideas con dos amigos cercanos en 1965 hasta una reunión decisiva de principios de noviembre de 1966 a la que habíamos invitado a otros profesionales, pero a la que solo asistimos los mismos mosqueteros. El desánimo lo superamos después de varios minutos y fuimos a visitar a su casa a otro amigo que a instancias nuestras resultó ser el primer presidente de la asociación; a partir de ahí la idea comenzó a materializarse y 50 años después podemos con gran satisfacción celebrar este aniversario.

La fundación de ASIMEI en 1967 contribuyó a que las tres disciplinas así agrupadas echaran firmes raíces. ASIMEI apoyó con ingenieros mecánicos y electricistas el desarrollo de varias especialidades incluyendo la geotermia, en la que El Salvador era con México líder en Latinoamérica, hubo avances en otras especialidades como Análisis de Vibraciones, Seguridad Industrial, se fundó la Asociación Salvadoreña de Energía Solar, se completó el más grande diseño institucional de energía solar en Latinoamérica (Hospital Regional de San Miguel), se introdujeron las primeras microcomputadoras para aplicación contable, y gracias a dos plantas de Texas Instruments , hubo un repunte de la ingeniería electrónica. A su vez la Ingeniería Industrial contribuyó a hacer más eficiente la administración y ejecución de proyectos y procesos.

Vino después la intensa década de los 70, conocidas falencias políticas, sociales y económicas dieron espacio a líderes de masas, cuando manifestaciones enormes y hechos de violencia cotidiana paralizaban el país. Como una medida desesperada, a finales de dicha década surgió un nuevo gobierno que liquidó las dictaduras militares pero resultó en un interludio de apenas tres meses, en el que participamos, varios Asimeistas que en los primeros meses de 1980, al esfumarse el sueño de cambios, tuvimos que exiliarnos. A partir de ahí, el país vivió una noche tétrica, estallaron las matanzas y los valores se derrumbaron; era la época de los “hombres violentos”; la corrupción y la mediocridad se entronizaron. Siguieron abandonando el país otros profesionales, y varios socios de ASIMEI fueron asesinados, incluyendo un miembro fundador, el Ing. Félix Ulloa, entonces Rector de la Universidad de El Salvador.

La celebración del 25º aniversario se hizo en marzo de 1992, pocas semanas después del Acuerdo de Paz, estábamos eufóricos y textualmente decía en mi discurso: “ya casi alcanzamos la luz al final del túnel, la época de los Hombres de Acción ya llega, en la que brillará el amor del salvadoreño por el trabajo”. Hice un llamado para que el nuevo El Salvador a partir del Acuerdo de Paz, diera por fin el salto al desarrollo en todos los órdenes, dirigido por Hombres de Acción; señalé que para eso era imperativo que trabajáramos en función nacional a fin de que desaparecieran la corrupción, la mediocridad y la desigualdad que habían propiciado el conflicto, y que era vital una amplia participación ciudadana para refrescar el panorama político.

En lo material recomendaba que un plan de reconstrucción, debería estar sustentado en una alianza entre el gobierno, los sindicatos, las fuerzas socio-políticas y la empresa privada; y enfocarse inicialmente a la atención de los desplazados, a la rehabilitación de la infraestructura, a la reactivación de empresas que fueron grandes en los 70’s; a la modernización de la agricultura, y a la educación técnica masiva. Habría que fortalecer las exportaciones no tradicionales que ya existían y crear nuevas como el ensamblaje electrónico.

Después de otros 25 años pareciera que tales llamados no fueron escuchados, pero el combate a la corrupción y mediocridad ya comenzó y no debe parar; mientras tanto, ASIMEI puede satisfecha mirar hacia atrás “la senda que no se volverá a caminar. Caminante, no hay camino…”