Las medidas extraordinarias propuestas por el Gobierno y aprobadas por la Asamblea Legislativa son una muestra de coordinación interinstitucional que se ajusta a la gravedad de la emergencia sanitaria en ciernes.

De las autoridades se espera que cumplan las más altas expectativas de los gobernados, que informen oportunamente sobre la situación y que hagan buen uso de los recursos que se les confíe.

Pero existe un importante aporte que depende de la ciudadanía y del que pocas veces se hace mención: la necesidad de auto controlarse y colaborar con los gobernantes desde sus hogares y comunidades.

Las restricciones al derecho de reunión, al libre tránsito y la posibilidad de trasladar a las personas de su domicilio ante las amenazas de contagio, son necesarias para evitar que la pandemia cause estragos en el país. Dichas medidas no serán efectivas si las personas persisten en creer que este es tu período vacacional, o si se dedican a divulgar información falsa o se niegan a brindar información útil sobre su salud o la de sus vecinos.

Ahora más que nunca se requiere del aporte ciudadano, de observar cuarentena domiciliar quienes tienen posibilidad de hacerlo y evitar aglomeraciones por parte de quienes circulan aún por la ciudad. Entendamos que este virus no respeta estatus sociales, ideologías, religiones o lugares de residencia. Tomemos en serio las advertencias.

Exijamos y cumplamos.