La historia del libro está basada en una carta que Antoine de Saint-Exupéry escribió a su esposa Consuelo antes de desaparecer para siempre, y en la que le expresaba: “Te prometo escribir para ti la segunda parte del libro en cuanto termine esta guerra, en la cual la rosa del principito se convertirá en la princesa de mis sueños”.
La autora salvadoreña ayudó a Saint-Exupéry a cumplir esta promesa, creando el libro considerado como la segunda parte de El Principito, donde se narra la historia desde que la rosa era una semilla hasta que llegó a él; además cuenta las aventuras que tuvo mientras el principito se fue a recorrer otros planetas hasta su reencuentro.
Abigail afirmó que el libro nació como “Justicia a Consuelo” ya que en 2008 el argentino Alejandro Roemmers publicó “El Regreso del Joven Príncipe”, otra versión de la segunda parte de El Principito, pero en la que no se le da importancia a la rosa, la cual muere por el abandono de él.
“La pequeña rosa del Principito” cuenta con ilustraciones en acuarela creadas por la autora, como las que aparecen en El Principito, además retoma los personajes de relato original como parte de la fidelidad a su continuación.
Expandiendo la memoria de Consuelo Suncín
En 2015, Abigail fue invitada por miembros de la Sociedad Histórica de Ile France para hablar sobre su familia y para realizar un recorrido en Francia por lugares históricos y representativos de la vida de Saint-Exupéry y de Suncín, un viaje que marcó su vida y reafirmó su compromiso de escribir sobre “la rosa” que inspiró al escritor francés.
Uno de los lugares que Abigail visitó es Oppede, una comuna francesa donde Consuelo vivió durante un año, refugiándose de la Segunda Guerra Mundial; este lugar es muy importante para la historia ya que está representada en el libro, cuando luego de la Segunda Guerra Universal, la rosa saca los pies de la tierra y empieza a caminar, el pájaro la lleva a otro lugar, es decir, el “Planeta Oppede”.
Abigail conoció el cementerio del Père Lachaise, lugar donde está enterrada Consuelo; estuvo en el Aeropuerto de Lyon Saint-Exupéry; por otra parte, también conoció a los cantantes Alain Souchon & Laurent Voulzy, los cuales compusieron una canción en honor a su tía abuela llamada “Consuelo”.
Ofreció, también, una conferencia junto a Jean Marie Guerville, un personaje que mantiene una colección de objetos de Antoine y Consuelo, libros autografiados, fotografías y otros más, los cuales Abigaíl tuvo la oportunidad de conocer.
Abigaíl cuenta que en este recorrido convivió a muchas personas que conservan y aman la memoria de Saint-Exupéry y Suncín; quienes se encargaron de recibirla y mostrarles el recorrido histórico que vivió.
Por otra parte, Abigaíl afirma que tuvo una “experiencia espiritual”, que la empujó a escribir, además todo lo que su mamá, su abuela y el Dr. Francisco Mena Guerrero, amigo de Consuelo le contaban sobre ella; se convirtieron en una base de conocimiento para sus escritos.
“Ella me inspiró, por ella fue que conocí mi pasión en la vida que es escribir”, expresó Abigail al referirse a la forma de cómo surge la idea de escribir su libro “La Pequeña Rosa del Principito”, la cual considera como una aventura.
