La danza aérea es una disciplina del arte poco conocida, según Giselle Campos, Marcela Santos y Rosy Castellanos, tres bailarinas referentes de la acrobacia aérea en telas y las fundadoras de la escuela Aeromusas.

La danza aérea, como todas las disciplinas del arte, va relacionada a otras disciplinas artísticas, y en el caso de esta, puede relacionarse con la danza contemporánea.

“Se utiliza bastante la danza contemporánea por la calidad de movimientos, también puede ser el ballet o la danza experimental”, explica Rosy Castellanos, quien también es bailarina clásica.

 

Técnica.


La técnica a ejecutar está basada en figuras y movimientos como el “Split”, el arco, “spagat” e inversiones y caídas.

Las artistas explican que la danza aérea requiere de mucho trabajo físico y mental, pues es necesario prepararse para estar a no menos de cinco metros de altura danzando, también de mucho trabajo de respiración para no marearse.

Sobre los instrumentos, a parte de las telas también se puede ejecutar la danza en lira (un arco), trapecio fijo, cuerda, hamaca y varios instrumentos más.



Las artistas cuentan que esta danza es bastante reciente en el país, pues no tendrá más de diez años de practicarse acá. “Por medio de personas del extranjero que tenían esa disciplina aprendida vinieron, enseñaron a personas de acá y estas personas replicaron estos conocimientos”, explica Campos.

Campos, Santos y Castellanos aprendieron la disciplina en el Centro Nacional de Artes (Cenar) cuando impartieron los talleres entre 2015 y 2018 (aproximadamente).

Tanto Campos como Santos aprendieron la danza como una materia anexa a su carrera principal, que son las artes escénicas. Pero fue hasta más adelante en que se impartieron módulos independientes de danza aérea, fue cuando Castellanos se incorporó.

 

Dificultades.


Las artistas manifiestan que el tema del pago en las presentaciones “es difícil”: “A veces nos ofrecen muy poco dinero para lo que estamos haciendo”. Y es precisamente por el tema de los costos, que se ven obligadas a entrenar en espacios públicos, lo que les ha costado haber sufrido de acoso sexual. “Cuando nos ven entrenar se les ve la mirada morbosa (a hombres acosadores). Es incómodo y a la vez da miedo”, lamentan las bailarinas.

Para evitar esas situaciones han tratado de gestionar la autorización de practicar en otras partes, pero manifiestan que les ha “costado demasiado”, y al final se han rendido porque las alcaldías piden “demasiado papeleo”.



Los conflictos no acaban ahí, pues, el grupo de bailarinas han sufrido de amedrentación policial.

“A veces la misma policía quiere sacarnos o están pendientes de cualquier excusa para no permitirnos entrenar, (…) los policías insinuaron que ya nos tienen fichadas que entrenamos ahí, (…) la misma autoridad en ocasiones nos hace sentir inseguras y vigiladas”, denuncian las artistas.

 

El dato

Aeromusas invita a sus clases los sábados a las 2:00 pm. y los domingos a las 9:00 am. en las instalaciones de La Residencial. Para más información las personas pueden contactarse con ellas a través de las redes sociales.