En el Fiscal General recae la responsabilidad de defender los intereses del Estado y de la Sociedad, dirigir la investigación del delito con la colaboración de la corporación policial, y de los hechos criminales que han de someterse a la jurisdicción penal.

Ocurre que luego de 15 meses de estar prófugo, se entregó a la justicia uno de los peces gordos más importantes en el caso de la gran corrupción impulsada por la organización criminal que creó el primer presidente del partido FMLN.

Como secretario privado de Funes Cartagena, el señor Francisco José Cáceres Zaldaña fue extremadamente clave, no solo en la contratación de bienes y servicios de su exjefe prófugo, sino en lo que concierne a préstamos, pagos de tarjetas de crédito, viajes del expresidente Funes y sus familiares, pagos de sobresueldos a funcionarios públicos y, ojo, a privados, durante el período en que cientos de miles de incautos creyeron que llevaban a la presidencia a un hombre honesto, que resultó un fiasco y hábil saqueador del erario nacional.

Todos sabemos que el último presidente del partido ARENA - y su pacotilla de estrechos asesores pícaros - erosionaron los cimientos de ese partido, posibilitando la creación de otro mucho peor. Un taxi de última hora en el que se montó - con un tanto de asco - el actual y temporal inquilino de Casa Presidencial.

Aquel pez gordo, que hoy se mantiene bajo arresto domiciliar, resulta un sujeto de verdadero valor, porque para salvar su pellejo deberá confesar las movidas en que incurrió su exjefe que, como escribí antes, creó una organización criminal que no tenía nada que envidiarle a la que, en su momento, puso a funcionar Saca González, calificado en su momento por Robert Blau, Encargado de Negocios de la Embajada de los EUA en El Salvador, como “una maquinaria para hacer dinero”.

Ahora es cuando señor Fiscal usted debe demostrar de qué madera está hecho. Confío en que sabrá hacerlo bien. ¿Por qué? Por una tríada de expresiones que usted ha escrito en su cuenta de Twitter y/o consignado en medios de información impresos, que cito textualmente. 1º) “El dinero de la gente no se toca. No vamos a tolerar la corrupción, venga de donde venga”. 2º) “Entre más fuerte sea la Fiscalía más eficiente será en el combate de la corrupción, crimen organizado, lavado de activos y financiamiento al terrorismo”. 3º) “El mensaje es claro, no vamos a parar de buscar a los corruptos”. Semejantes expresiones estarían indicando que estamos en presencia de un Fiscal General con la suficiente voluntad para hacer bien las cosas.

Este es el momento propicio para demostrar que, con CICIES o sin ella; con OEA, con ONU o sin ellas, la FGR tiene agallas, capacidad jurídica, solvencia ética y técnica para procesar exitosamente a corruptos y corruptores. En el caso del imputado Cáceres, su arresto domiciliar “fue solicitado por la defensa y autorizado por el Juez de la causa”, según lo expresó el Fiscal General. Si leemos entre líneas, si no medió oposición alguna de la parte fiscal, significa que podrían estarse haciendo los mejores esfuerzos para “exprimir” la verdadera sustancia informativa que tiene en su poder el indiciado, y con ello robustecer –aún más – la culpabilidad del cáncer mayor, hoy nacionalizado por Ortega como nicaragüense.

Después del desgraciado paso por la FGR de otro ladronazo - que también se jactaba de ser “cool” –y que inundó de un nauseabundo lodo a tan noble institución fiscal, el actual titular estaría en el deber de rescatar el prestigio perdido por la columna vertebral del Ministerio Público, pero sin cargar los dados hacia ningún lado; sobre todo, en la eventualidad que apareciesen confesiones precisas y concordantes de que actores privados se lucraron de las bondades de los sobresueldos.

La FGR enfrenta ahora el ineludible deber de sacar todo a la luz. ¡Ahora es cuando señor Fiscal!.