La ausencia de comunidad y tejido social

Lunes 16, Octubre 2023 - 12:00 AM
La semana anterior en El Salvador estuvo marcada por muchas noticias de todo tipo, nuestro país presenta variedad de hechos, y cada día la noticia es diferente, y quita del primer lugar a la del día anterior. Pero quiero dar seguimiento a una línea de opiniones que he desarrollado durante los últimos años y en particular en el 2023 sobre los niveles de violencia social e intrafamiliar, y ausencia de las y los alcaldes, con relación al caso del asesinato de una niña de siete años en el reparto La Campanera, en Soyapango. Hablar o mencionar La Campanera es remontarse a la década anterior cuando fue estigmatizada porque la misma era controlada totalmente por pandillas criminales, sus habitantes no podían encontrar empleo si la solicitud de empleo en la dirección se leía que habitaban allí o tampoco los jóvenes en los centros educativos; el ver, oír y callar era una realidad, y solo la ley de la pandilla operaba decidiendo quien vivía o moría, quien entraba La Campanera y si salía con vida. Con el régimen de excepción los diferentes operativos de la Policía Nacional Civil y el apoyo de la Fuerza Armada de El Salvador han logrado la captura de peligrosos cabecillas, sicarios, gatilleros, extorsionistas, y miembros que, además de asesinar, desaparecían los cuerpos, desplazaban forzadamente a sus habitantes de las casas y se quedaban con ellas; cuando en La Campanera con estas capturas de criminales y delincuentes todo era diferente, incluso he podido llegar en dos ocasiones a constatar estos cambios, surge el homicidio agravado de una niña con cobertura nacional y de medios internacionales, no por pandilleros, pero si por un psicópata (camaleón). Cuando ya se había capturado al presunto asesino y era presentado por el gabinete de seguridad, las y los habitantes comenzaron a expresar ante diferentes medios de comunicación la conducta, comportamiento, hábitos, estilo de vida, rutinas y otros detalles del hombre capturado y que será acusado ante los tribunales durante esta semana para conocer los delitos por los cuales se le acusa. Las y los residentes conocían a este "vecino” se pudieron escuchar opiniones donde el sujeto pasaba durante largas horas del día "de visita” en varias casas donde llegaba a entretenerse y hacer vida social. Llama mucho la atención que muchas madres, abuelas y tías comentaron como buscaba establecer contactos con niñas y niños, con conductas fuera de lo común. La ausencia de una comunidad se observa y es evidente cuando no existen lo que denomino "adultos significativos” mujeres y hombres, comprometidos con su comunidad, que ejercen un liderazgo extraordinario y una vida de servicio. Las pandillas criminales establecieron un tejido criminal, fronteras invisibles, reglas, que las y los residentes cumplían. Los pandilleros terminaron infiltrando a las denominadas "Adescos” las Asociaciones de Desarrollo Comunal, y de esta manera negociar legalmente con alcaldes, que por votos les ofrecían plazas, y otros beneficios a los pandilleros como puestos en los mercados municipales. Las pandillas criminales además de todo el luto y pérdidas al país erradicaron el pobre o incipiente tejido social y comunitario en algunos zonas, regiones y micro regiones en nuestro país. Una comunidad debe de disponer de organización, de liderazgo, de mujeres y hombres que están dispuestas a servir con el único interés de lograr una sana convivencia y una cultura de paz. Es indispensable la organización de vecinos y establecer mecanismos de alerta temprana y prevención para acudir a reportar, denunciar, avisar y buscar el apoyo para evitar tragedias. Rompamos el temor y miedo que dejaron las pandillas criminales y busquemos la organización de las y los vecinos para construir comunidad, donde existen normas de conducta, pero buscan los mismos intereses. No más víctimas por ausencia de comunidad, falta de empatía y amor por el más próximo.