La industria manufacturera representa un 97 % de las exportaciones totales. / DEM


Los trámites excesivos y un sistema aduanero incierto provocaron que la industria manufacturera mermara su ritmo de crecimiento durante la última década, provocando estancamiento en las exportaciones y la generación de empleo formal, indica un informe de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).

La gremial presentó ayer un análisis de la situación económica y de la industria en el período 2009-2019, en el que detalla las consecuencias de las políticas públicas impulsadas en ese período, que “trajeron cambios sustanciales, pero a su vez tuvieron incidencia en el desarrollo económico y en la industria”, aseguró el presidente de la ASI, Eduardo Cáder.

El ejecutivo señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) avanzó un promedio de 2 % en ambas administraciones, y destacó que aunque la industria no ha dejado de producir, tampoco ha logrado despegar.

El sector manufacturero, que representa un 16.2 % de la producción nacional -según la última actualización del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN)-, creció a un ritmo promedio del 1.5 % entre 2009 y 2018, demuestra el informe, que compiló datos oficiales del Banco Central de Reserva.

Karla Domínguez, gerente de Inteligencia Industrial de la ASI, agregó que el sector ha generado 192,297 puestos de trabajo hasta 2018, según cifras del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), un 23 % del empleo formal.

Sin embargo, en 10 años, solo 36,643 de estos puestos son nuevos. Con más de 100,000 jóvenes que se gradúan de educación media y superior cada año, según la ASI, la industria se quedó corta en cubrir la demanda laboral.

El asesor económico de la ASI, Rigoberto Monge, destacó además que las exportaciones del sector -un 97 % de los envíos al extranjero-, también están estancadas. Después de crecer un 18 % en 2011, avanzaron a un ritmo del 2.5 % el año pasado, manteniéndose entre $5,200 millones y $5,900 millones en ocho años.

El sistema aduanero, apuntó, sigue siendo “incierto, preocupante y lleno de controles”, mientras que ambas administraciones “fallaron en crear un clima de diálogo con el sector privado”.