La exploración se realizó ayer por la mañana a un costado de la Biblioteca Nacional. / Roxana Lemus


Personal de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) exploró ayer la tubería de aguas negras ubicada sobre la 4ª calle Oriente, frente a la Biblioteca Nacional, para conocer el estado del colector y descubrir qué ocasionó la fuga de agua en uno de los baños de la hemeroteca la semana anterior.

A través de una cámara de inspección 3D, trabajadores de ANDA exploraron ayer por la mañana la tubería y encontraron plásticos y piedras pequeñas.

“Era obstrucción por basura…Descubrimos que el colector no está quebrado, el colector está bien y mañana (hoy) la cuadrilla de saneamiento va a limpiar; las piedras no son motivo de obstrucción, porque con el caudal del agua van a bajar ellas solas”, explicó Filadelfo López, coordinador de Catastro de Redes de ANDA.

López indicó que la tubería tiene 12 pulgadas de diámetro, pero afirmó que fluye menos de la mitad al interior de la misma.

Durante la inspección, señaló que podría haber una conexión entre aguas lluvias y aguas negras, dado que hallaron plásticos que generalmente se van en las alcantarillas de aguas lluvias.

Para la exploración “se tuvo que tapar el flujo del agua por el Palacio (Nacional) para poder meter el robot”. A través de las imágenes emitidas por la cámara, los trabajadores de la ANDA constataron que no hay grietas en la tubería ni otro tipo de daños.

Los colectores alrededor de la Biblioteca Nacional tienen más de 40 años de funcionamiento y, pese al crecimiento poblacional y la urbanización en las últimas décadas, éstos no han sido cambiados.

La semana anterior el director de la Biblioteca Nacional, Manlio Argueta, informó que 200 tomos de la colección documental fueron dañados a causa de una fuga de agua y filtraciones en diferentes puntos.

De acuerdo con trabajadores de la alcaldía capitalina, la fuga de aguas negras ocurrió en un baño del sótano (espacio que alberga a la hemeroteca), mientras que las filtraciones fueron en techo y paredes.

Aseguraron que la fuga ocurrió porque la tubería de aguas negras que atraviesa al recinto cultural estaba obstruida con basura, y el líquido buscó una salida. En tanto, las filtraciones son un problema recurrente desde hace algún tiempo; sin embargo, nunca habían registrado filtraciones en el techo de la hemeroteca, lo cual ocasionó mayor daño al patrimonio documental.

Las colecciones dañadas datan desde 1974 a 1994.

Actualmente se realiza el proceso de secado, mismo que tardará dos semanas más.