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El diario británico Daily Mail volvió a revivir este sábado escandaloso caso de intercambios de bebés en un hospital de El Salvador, al entrevistar a la salvadoreña Mercedes Casanellas quien junto su esposo Richard Cushworth corrían contrarreloj en 2015 tratando de encontrar a su verdadero hijos intercambiado, presuntamente por error, en un hospital de esta capital.

Casanellas le dijo al Daily Mail que tras resolverse el caso y recuperar a su verdadero hijo, a éste le llevó 18 meses en identificar que ella era su verdadera madre.

Su caso consiguió notoriedad en 2015 luego de dar a luz a un bebé que fue intercambiado. Ella y su esposo criaron al recién nacido de otra persona durante tres meses y luego retornaron a El Salvador para localizar a su hijo biológico y comenzaron a unirse desde cero.

La pareja comenzó a sospechar que el recién nacido que habían estado cuidando no era suyo y una prueba de ADN confirmó un mes más tarde que había un 0.00% de posibilidades de que fueran sus padres.

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Cuatro años después Casanellas cuenta que a pesar de haberse reunido con su bebé, a quien la otra pareja había llamado Moisés, no los reconoció como sus padres.

La pareja, que ahora vive en Dallas, Texas, reveló que enfrentaron una lucha de 18 meses antes de que su hijo los aceptara.

La madre dice que luchó con la culpa de que Moisés, su hijo verdadero, no respondía a ella y lamentaba la pérdida de Jacob después de devolverlo a sus padres biológicos.

“Sabía que todo esto era el resultado de lo que le había sucedido a Moisés el primer día de su vida. Es por eso que creía que desahogaría todo lo que estaba haciendo cada vez que lloraba”.

Lo abrazaba todo el tiempo que quisiera. Me tomé cada segundo para establecer un vínculo”, dijo Casanellas.

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Moisés sufrió problemas de habla y alimentación a medida que desarrollaba lo que los terapeutas atribuían a una una consecuencia de la separación temprana.

Y no fue hasta que tuvo 18 meses que lograron ver un gran avance.

Mercedes había estado dejando a Moisés en la guardería cuando comenzó a llorar e intentó aferrarse a su madre para evitar que se fuera.

Ella dijo que también lloró de alegría después de sentir que finalmente la reconoció como su verdadera madre, pero el reconocimiento se consolidó hasta los tres años de edad de Moisés, cuando éste finalmente la llamó mamá.

La pareja, que ya tenía un hijo mayor, Kenji, de 18 años, todavía tiene muchas preguntas sobre cómo sucedió el intercambio de bebés cuatro años atrás.

La pareja le dijo al Daily Mail que la sospecha originalmente recayó en su obstetra, quien fue acusado de presuntamente planear un plan para vender a su hijo a traficantes, tras una investigación de la Fiscalía salvadoreña, pero que luego fue exonerado de cargos y quedó en libertad.