La defensa de Benítez asegura que el testigo no aportó datos verídicos en al audiencia especial. / Iliana Cornejo


El coronel Salvador González Quezada, testigo en el caso contra el general Atilio Benítez, señaló que su superior, siendo viceministro de la Defensa, legalizó de forma fraudulenta y vendió armas que el general Orlando Zepeda entregó a la Fuerza Armada, en calidad de trofeos de guerra.

“Eran armas ilegales que eran dadas como trofeo de guerra, armas que se incautaban durante el conflicto...El general Zepeda envió armas al batallón de guerra, donde se almancenan las armas operacionales, el paso que dio el general Zepeda era correcto, para que la institución decidiera qué hacer”, respondió ayer el coronel González a los magistrados de la Cámara Primera de lo Penal en la audiencia especial de aportación de pruebas.

El testigo dijo que las armas que entregó el general Zepeda eran seis: dos fusiles AK-47, dos M16, una A1 y A2, y pistolas Veretta, pero esas armas estuvieron dos días en el batallón de guerra y después de tener la información de esas armas, González le hizo saber de su existencia a Benítez y al entonces ministro de la Defensa, David Munguía Payés.

Relata que Benítez le dijo que diera orden al batallón de guerra para que transfiriera las armas a la dirección logística (dirección a cargo de González).

Él avisó al entonces ministro Munguía y al viceministro Benítez que cuatro de las seis armas ya estaban en su posesión, pero Munguía le ordenóque las remitiera nuevamente al batallón de guerra, orden que no cumplió.

González dice que desobedeció a su mando superior, porque Benítez le dijo que había hablado con el ministro y le informó que él se quedaría con esas armas, “recibí una contraorden”, dijo a los jueces.

La esposa del general Benítez (de espalda) escuchó la declaración del testigo. / Cortesía Fiscalía


Las armas estuvieron entre 15 y 20 días en la dirección logística mientas se legalizaban fraudulentamente con el decreto 25 que ya había vencido.

Después fueron vendidas por el teniente Arístides Figueroa, quien purga siete años de cárcel por el mismo delito que es procesado el general Benítez.

González dice que también fueron comercializadas por Alonso Furtade, dueño de la tramitadora de armas Target, y de un coronel apodado como “Piraña”. Las referidas armas fueron vendidas entre $4,000 y $5,000 dinero que fue entregado al general Benítez, según el testigo.

El coronel también reveló que al 22 de diciembre de 2011 Benítez tenía registradas 24 armas con el código 333; dato que recordaba porque imprimió dicho registro “para tener constancia de todas las situaciones, porque sabía que iba estar en esta posición”, admitió.

Funes y las armas

El coronel González también dijo que Benítez giró un memorándum al jefe de registro de armas del Ministerio de la Defensa ordenando que dieran todas las facilidades para registrarle armas a nombre del expresidente Mauricio Funes, a través de un emisario que llegaría de Casa Presidencial.