Brasil eligió ayer al ultraderechista Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, como presidente de la mayor potencia de América Latina tras una de las campañas más divididas y tensas de la historia del país.

El excapitán del Ejército obtuvo el 55.2 % de los votos contra 44.8 % de su rival, el izquierdista Fernando Haddad, tras el escrutinio de más del 99 % de las urnas.

 

Jornada tranquila

La jornada de votación, que llamó a las urnas a 147.3 millones de brasileños transcurrió sin incidentes.

En el local donde Bolsonaro votó, en el oeste de Río, los soldados cachearon a los electores y revisaron las inmediaciones con espejos y detectores de metales.

Fernando Haddad, de su lado, votó en el barrio de Moema, en Sao Paulo, donde lo aguardaban militantes del Partido de los Trabajadores (PT) con rosas blancas y rojas, al grito de “Brasil, urgente, Haddad presidente”, que disputaban el espacio sonoro con los cacerolazos de protesta de un edificio cercano.

Luego de conocer los resultados, cientos de miles de personas estallaron de júbilo en las calles con la victoria de Bolsonaro.

Frente a la casa del excapitán en una zona acomodada de RÍo de Janeiro, los gritos de emoción y alegría y los abrazos se mezclaron con un gran alboroto de fuegos pirotécnicos.

 

Primero la constitución

Tras la victoria, Bolsonaro se comprometió a respetar la Constitución, la democracia y la libertad, en su primer discurso como presidente electo de Brasil.

“Ustedes serán mis testigos de que este gobierno será un defensor de la Constitución, de la democracia y la libertad. Es una promesa no de un partido, no es la palabra de un hombre, es un juramento ante Dios”, afirmó en un video difundido por la red social de Facebook y transmitido por la televisión.

Bolsonaro logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y estancamiento y hastiada de los escándalos de corrupción.

Haddad, profesor universitario y exalcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue designado candidato del Partido de los Trabajadores en sustitución de su líder histórico, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de activos.

En la primera vuelta, Bolsonaro obtuvo 46 % de los votos, frente a 29 % de Haddad. Pese a que el izquierista acortó distancias, el exministro de Educación se quedó lejos de la ansiada remontada.

Miles de manifestantes reunidos frente a la casa de Bolsonaro en Barra de Tijuca, un exlusivo barrio de Río de Janeiro, celebraron con euforia el anuncio de los resultados, lanzando fuegos artificiales. También hubo celebraciones importantes en Sao Paulo, la capital económica y financiera del país, y en otras ciudades.

El candidato del Partido Social Liberal (PSL) dirigió desde su casa una exitosa campaña que centró en las redes sociales, tras la puñalada que sufrió durante un mitin callejero a principios de septiembre.

 

Haddad exige respeto a sus electores en Brasil

El candidato derrotado a la presidencia de Brasil, Fernando Haddad, exigió ayer respeto por sus 45 millones de electores y dijo que la oposición al futuro gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro será una “tarea enorme”.

En una reunión con la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) en Sao Paulo, Haddad agradeció el apoyo de sus aliados y de “los 45 millones de votos, una parte significativa (del electorado), que debe ser respetada”.

Haddad no logró arrebatarle la presidencia a Jair Bolsonaro, quien siempre fue favorito.