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Largas filas de conductores en las estaciones de combustibles y caballos y bueyes tirando de carretas transportando niños camino del colegio y obreros que se dirigen a sus trabajos. No es una imagen de la década de 1990, es la actualidad que viven los cubanos, quienes han tenido que recurrir nuevamente a la tracción animal para poder movilizarse en la isla.

Desde hace aproximadamente mes, el gobierno cubano anunció medidas restrictivas en su economía para enfrentar una crisis de combustibles, de la cual culpa a Estados Unidos. En ese momento, las autoridades mencionaron que sería una situación coyuntural. "En octubre, volvemos a una situación relativamente normal", prometió el presidente Miguel Díaz-Canel.

Sin embargo, iniciado el mes de octubre, la escasez de diésel continúa y persisten las medidas de ahorro decretadas semanas atrás. El término tracción animal continúa presente en las autoridades cubanas y la prensa oficial, que buscan concienciar a la población de la necesidad de ahorrar combustible incluso cuando se haya superado "la coyuntura", reporta el medio Diario de Cuba.

Los funcionarios cubanos, añade el medio, elogian la medida del uso de caballos o bueyes en sustitución de los autobuses para el transporte y de las máquinas en la agricultura. Asimismo, el gobierno de Cuba ha señalado que está priorizando el combustible que posee para mantener los servicios de hospitales y sectores como el turismo por ser fuente de divisas.

Pero las restricciones y llamamientos a ahorrar energía no quedan ahí: el uso de gas se ha visto limitado y en su lugar ha sido sustituido por la leña y el carbón. Además, las oficinas, empresas estatales, universidades y escuelas han reducido sus horarios para limitar el consumo eléctrico.

Si bien la situación en la isla ha desmejorado en los últimos meses, la escasez de combustible ha venido empeorado gradualmente desde que Venezuela, principal aliado de la isla, comenzó a reducir los envíos de crudo desde 2016 luego de que su propia producción disminuyó y su economía se hundió en una profunda recesión.

A eso se suman las sanciones impuestas por Estados Unidos en enero que prohíben a empresas de ese país o filiales locales de compañías extranjeras vender combustible a la petrolera estatal venezolana PDVSA, tanto para consumo interno como para reexportaciones. Las medidas prohíben también cualquier intercambio de dólares con PDVSA o sus unidades, reporta Europa Press.

Además, en julio, Washington sancionó también a operadores de buques específicos que cubren la ruta Venezuela-Cuba y la entidad que recibe petróleo venezolano, Cubametales, administrada por el Estado.

Y pese a que el presidente Díaz-Canel dijo que la situación debería normalizarse en octubre, ya que los envíos ya han sido garantizados para este mes, analistas no tienen tanta confianza: primero, porque Cuba no posee una gran cantidad de proveedores de crudo desde que Estados Unidos impuso un embargo a la isla hace casi 60 años; y segundo, porque el país también está limitado por el dinero en efectivo, informa Europa Press.

Por lo que los temores de los cubanos de revivir el "período especial", como se conoce la crisis económica de la década de 1990, continúa latente.