A pesar de que los precios internacionales no permiten a los caficultores salvadoreños cubrir sus costos de producción, el sector se ve obligado a vender el café barato para no perder mercado y ser reemplazado por otro país, manifestó Juan Francisco de Sola, gerente general de la Unión de Exportadores (Unex).

A más de año y medio que inició la caída internacional de los precios, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia dijo que buscaría ya no ofertar el grano en la Bolsa de Valores de Nueva York y llamó a Centroamérica a unirse en su lucha de obtener una mejor rentabilidad.

Pero Colombia es el tercer productor mundial, después de Brasil y Vietnam, y El Salvador ya no produce los 4.2 millones de quintales que logró en la década de los 80. “No es como que uno pueda tomar la decisión de dejar de cotizar en el contrato C (donde se vende el café nacional), así de la nada, porque lamentablemente es la referencia con la cual se compra y se vende café a nivel mundial”, indicó de Sola.

El presidente de Unex señaló que es difícil reemplazar de inmediato los 14 millones de sacos que Colombia produciría en el ciclo 2018/2019, pero no imposible; más cuando se trata de El Salvador, quien tiene poca participación en el mercado internacional, porque aún no recupera los niveles de producción que perdió con el ataque de roya sufrido entre 2012 y 2013.

“Como beneficiadores de café no podemos dejar de vender café a nivel de bolsa porque no hay gente que nos va a comprar café salvadoreño fuera de ella. Mucho más cuando ya somos un origen que nos han reemplazado”, enfatizó.

“Los orígenes son reemplazables”, enfatizó, porque hay más países productores conduciendo a una sobreoferta. Fuera de los contratos directos del café especial, “no es así nomás que uno se sale”, aunque “a estos precios, como productores de café en El Salvador, no logramos cubrir nuestros costos”, indicó el también presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores (Abecafé).

Hugo Hernández, director ejecutivo del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), manifestó que salirse de la bolsa “es un poquito complicado” y la visión que se ha adoptado en Centroamérica, junto al resto de instituciones encargadas del sector café, es que “no podríamos promover, ni siquiera decir que es buena medida que los caficultores deben adoptar, porque les puede ocasionar problemas”.

Mientras los productores se enfrentan a la crisis, el mercado internacional no responde a la alarma del sector. El viernes , el precio diario de la libra de café cayó a $0.97, debajo del promedio mensual de $1 registrado en febrero, indicó la Organización Internacional del Café (OIC).

En febrero se acumularon 16 meses desde que la libra del café se colocó, en octubre de 2017, a un promedio de $1.20, luego de venir arriba de $1.30. Desde entonces se ha mantenido la caída hasta llegar en septiembre de 2018 a $0.98, el más bajo en los últimos 12 años, según la OIC.

Ya en anteriores ocasiones Abecafé ha advertido de una crisis humanitaria si la situación continúa, poniendo en riesgo la sostenibilidad de más de 42,255 personas empleadas en este sector.