Javier Hernández reacciona después del pitido final en el partido de fútbol del Grupo F de la Copa Mundial Rusia 2018 entre Corea del Sur y México. AFP


Un gol y una asistencia, pero sobre todo la constatación de haberse convertido en un delantero total. El carismático Chicharito Hernández ha exhibido su nueva versión en los dos partidos que ha disputado México en el Mundial, donde no pone puertas al cielo: "Imaginemos cosas chingonas".

"¿Por qué no podemos ser la Grecia de la Eurocopa? ¿Por qué no podemos ser el Leicester de la Premier League? ¡Imaginemos cosas chingonas carajo!", respondió con entusiasmo antes de jugar contra Alemania, cuando un periodista sugirió que la vigente campeona mundial tenía asegurado el primer puesto del Grupo F.

Antes de que la revolución mexicana tomara el estadio Luzhniki de Moscú y tumbara a Alemania, el camino hacia el Mundial de Chicharito y su tropa no había comenzado bien.

- 'Don Javier Larssonizado' -

Precisamente la fiesta del 30 cumpleaños del delantero provocó una tormenta de repercusión mundial que tuvo que desactivar el propio Chicharito con un mensaje publicado en las redes sociales.

Portavoz fuera del campo, le tocaba dar un paso en el terreno. Y vaya que si lo dio. En la victoria ante Alemania demostró toda su madurez. Lejos quedó el jugador del área, de pocas y certeras apariciones que enamoró a Alex Ferguson y al Mánchester United sobre todo en su primera etapa (2010-2014).

Frente a los defensas germanos mantuvo una pelea a campo abierto y exhibió repertorio: presión, descarga, pausa, desmarque al espacio, entrega y compromiso físico ante jugadores mucho más potentes.

"Don Javier 'Larssonizado'", señaló con acierto en Twitter el exjugador español Marc Crosas, buen conocedor del fútbol mexicano y actualmente comentarista de televisión, haciendo alusión al recordado delantero sueco Henrik Larsson.

"Tengo calambres en sitios en los que no sabía que se podían tener", señaló en zona mixta después del partido sobre la paliza que se dio con Jerome Boateng y Mats Hummels.

Además, Chicharito fue el encargado de encontrar al espacio a 'Chucky' Lozano para que el nuevo chico de oro mexicano marcara el histórico gol a Alemania.

El delantero mexicano Javier Hernández celebra el primer gol de México anotado por el delantero Hirving Lozano de México durante el partido de fútbol del Grupo F de la Copa Mundial Rusia 2018 entre Alemania y México. AFP


Minutos después, el goleador del West Ham dejó una de las imágenes del partido al romper a llorar cuando el árbitro señaló el final.

"Con el pitazo lo celebré de la manera que soy, alguien emocional. En el vestuario algunos reían, otros gritaban, yo lo celebré a mi manera, fui el que más lloré", señaló orgulloso a la AFP tras el duelo.

Si en el primer partido Chicharito fue la correa de transmisión en el contraataque definitivo, ante Corea del Sur intercambió posiciones con 'Chucky', encargándose de marcar el 2-0 con un gesto marca de la casa, regate hacia dentro y disparo al primer poste.

Los aficionados le eligieron además mejor jugador del partido y ejerció de nuevo como portavoz, insistiendo en mantener los pies en el suelo cuando México, a pesar de sus dos victorias, todavía no ha certificado el pase a octavos.

"Nos sentimos humildes y modestos, hemos trabajado duro y sabemos que tenemos talento. Las críticas son ruido. Tampoco debemos escuchar demasiado los elogios. Queremos que el pueblo mexicano se sienta orgulloso", señaló.

Chicharito ha evolucionado como jugador, pero lo que no ha cambiado es su sentido ritual justo antes de comenzar cada partido. Frente a Suecia se volverá a arrodillar en el centro del campo y rezará para que el Tri siga soñando "cosas chingonas".