Sectores como el de la construcción, ven un incremento en las oportunidades de inversión, a la vez que se abren nuevas oportunidades de empleo, gracias a una mayor celeridad en la tramitología estatal.
Aspectos como el de la inseguridad, siguen siendo preocupantes para quienes apuestan por un mayor desarrollo del país, pero las mejoras mostradas a partir de la actual gestión, son sin duda un aliciente para seguir mejorando.
Seguridad jurídica, un mejor entendimiento entre los tres órganos de Estado y el respeto a las regulaciones internacionales en materia de medio ambiente y a los estándares de calidad, pueden hacer de El Salvador un país de inversiones que invite a quedarse.
Mantener los logros de estos meses dependerá de buena voluntad y entendimientos, pero también de una conducción gubernamental con la mira puesta en el mundo, y en el beneficio de todas las personas.
Desarrollo en democracia y bajo un verdadero estado de derecho, son los pilares en los que deberá asentarse el futuro. Todo parece indicar que el camino emprendido es el correcto.