La agencia Moody’s Investors Rating evalúa aplicar una baja a la calificación de El Salvador por riesgos de liquidez del Gobierno. Para economistas esta decisión ya se esperaba y advierten que una degradación al perfil crediticio reduciría aún más el apetito del mercado por adquirir nueva deuda y pone al país en la mira de fondos buitres.

Carolina Recinos, comisionada presidencial, reaccionó ayer e indicó que analizarán “las razones que está aduciendo” la agencia porque “todo el mundo se vio impactado” por la pandemia.


“También tenemos la perspectiva que nos han dado otras calificadoras de riesgo, el Banco Mundial y el FMI (…) Tenemos que analizar cualquier posición pero el conjunto de los organismos internacionales, financieros y la inmensa mayoría de las calificadoras nos dan una perspectiva positiva”, indicó Recinos.



¿Quiénes hacen la calificación?


En el mercado hay agencias de riesgo que evalúan el perfil crediticio de una empresa o país sobre qué tanto pueden cumplir sus compromisos de deuda. Entre las designadas se encuentran Fitch Ratings, Moody’s y S&P Global Ratings (antes Standard and Poor’s), quienes se encargan de elaborar una calificación a partir de información histórica, actual y acontecimientos futuros que puedan afectar la capacidad financiera de un deudor.


El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) son organismos de asistencia técnica y cooperación, pero no otorgan calificación de riesgo.










Ambos organismos son de naturaleza financiera. Generan informes sobre economía para sus socios, pero no otorgan calificaciones de riesgo soberano.

Las agencias tienen revisiones periódicas de los países en las cuales las calificaciones pueden subir, bajar o mantenerse. Sin embargo, Moody’s fue enfática en anunciar que analiza reducir la nota a El Salvador y está atenta a la respuesta que dé el Ministerio de Hacienda de planes para la consolidación fiscal, controlar la deuda y medidas para obtener recursos.


Moody’s se suma también a la advertencia que dio recientemente Fitch Ratings, quien en octubre pasado alertó que implementar el presupuesto de 2021 tal cual fue propuesto por el Gobierno aumentaría la presión en el perfil crediticio de El Salvador por el deterioro en la sostenibilidad de la deuda.



¿Qué pasa si la bajan?


Carolina Alas de Franco, investigadora del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), recordó que ya El Salvador tiene una calificación especulativa pero todavía con categoría de pago. Así, una degradación llevaría a un perfil “altamente especulativo” y los mercados reaccionarían elevando el costo para adquirir deuda.


“Significa que tenemos que pagar una tasa de interés más alta. La deuda que adquirimos ahora va a impactar en nuestro futuro porque va a implicar un pago de amortización e intereses”, indicó la economista.




Si se nos bajará (calificación) seríamos más vulnerables y más dependientes a condiciones financieras y económicas”.
Carolina Alas de Franco
Investigadora de Fusades



En esa misma línea, Rommel Rodríguez, economista de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), explicó que una degradación en la calificación “nos va a exponer a los especuladores”, pero sin caer, aún, en la categoría de bonos basura.


“Una situación que sí lo veríamos más en concreto de una crisis de liquidez porque realmente estaríamos en manos de buitres. En nuestros bonos estarían interesados compradores que serían usureros”, advirtió Rodríguez.




Una degradación en la calificación, para ser prácticos, lo que nos va a exponer es a los especuladores, a tasas (de interés) sumamente altas”.
Rommel Rodríguez
Economista de Funde



Una potencial crisis.


Si se eleva el costo del servicio de la deuda, el Gobierno tendrá que desviar más recursos para cumplir estos compromisos en lugar de programas sociales y otras necesidades. Ya el anteproyecto presupuestario para 2021 plantea destinar el 11.8 % de los ingresos ($877.88 millones) para honrar los intereses.


Este es el tercer gasto con mayor asignación presupuestaria en el proyecto, advirtió Rodríguez al presentar un análisis del anteproyecto del Presupuesto General de la Nación de 2021, que revela sobrestimaciones en ingresos tributarios por unos $714.1 millones y omiciones de gastos.



Una calificación de riesgo baja, mayor riesgo de mercado


Ante un mayor riesgo soberano, pocos inversionistas están dispuestos a prestar recursos y cuando lo hacen se otorgan bajo condiciones de intereses más altas.

  • Termómetro de impago: La calificación de riesgo es un parámetro sobre la estabilidad de la deuda pública del país para los acreedores e inversionistas sobre si existe o no riesgo de un incumplimiento de obligaciones.

  • Agencias especializadas: La calificación de riesgo crediticio para El Salvador son elaboradas por Fitch Ratings, Moody’s y S&P Global Ratings. Es usual que se revisen cada año, a menos que exista un evento extraordinario.

  • Alto riesgo: Fitch y Moody’s han advertido en el último mes que existe alto riesgo de liquidez en el Gobierno por su acelerado endeudamiento. Moody’s inició un proceso de revisión para degradar la calificación.