Las estadísticas reveladas por la Fiscalía sobre el rebote -o rebrote para estar a tono con la pandemia- de las extorsiones en el país tras la reactivación económica, nos dan una dimensión clara de cómo la criminalidad sigue operando sin límites en medio de la cruda realidad que vivimos,

Más allá de las estadísticas que son números fríos que nos reflejan una realidad, hay que tomar en cuenta que la inmensa mayoría de negocios se han visto profundamente afectados por el confinamiento ordenado por la pandemia, lo que les generó enormes pérdidas que en muchos casos obligó a cierres o recortes parciales de empleos. Son miles de personas afectadas por esta situación.

Sin embargo, la criminalidad de las pandillas no tiene consideración alguna sobre las pérdidas causadas por la pandemia y lo que es peor, han vuelto a las extorsiones hasta exigiendo el pago de los meses en que los negocios estuvieron cerrados e inventando nuevas modalidades que afectan aún a más personas.

Las pandillas pretenden pues, recuperar los meses no cobrados de extorsión cuando miles de negocios tuvieron que cerrar. La Fiscalía ha alertado de que los pandilleros han comenzado a exigir a sus víctimas el impago de los meses de abril, mayo, junio y julio, los meses más duros del confinamiento y ahora quieren sumar el pago del aguinaldo navideño y otras compensaciones, así de grande es su descaro y su impunidad.

Es vital confiar en la Fiscalía y la Policía para denunciar a estas bandas criminales y que las autoridades reaccionen protegiendo a los afectados y mandando a los tribunales a estos criminales.