El director del Departamento de Estudios Políticos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), Luis Mario Rodríguez, explica su visión sobre los hechos del 9 de febrero de 2020, en donde no duda hubo una usurpación de funciones de la Asamblea Legislativa. Para él no es relevante si los militares tuvieron permiso de ingresar al recinto legislativo o no.

Este Gobierno ha destacado el papel de la Fuerza Armada de una forma peculiar, esta institución sale entre las instituciones menos desprestigiadas, ¿cuál es el análisis del papel de la Fuerza Armada en este Gobierno?

La Fuerza Armada ha sido una institución, desde los Acuerdos de Paz, una institución ejemplar, no solo a nivel nacional sino que internacionalmente, siempre se le reconoció como una instancia que cumplió a cabalidad los Acuerdos, precisamente ese fue uno de los aspectos y los puntos que más discusión llevó entre los firmantes de la paz y el resultado fue exitoso porque hemos visto una Fuerza Armada que a lo largo de los años se profesionalizó y se ganó el cariño de los ciudadanos por su papel fundamental sobre todo en las catástrofes naturales que hemos tenido, huracanes, terremotos. También ha venido haciendo un papel complementario en el ámbito de la seguridad pública, reforzando a la Policía Nacional Civil.

Ahí quizás empezó a desnaturalizarse porque la PNC por Constitución es la que tiene que hacer esa tarea y la FAES ha venido a tomar un protagonismo hasta llegar a lo que tenemos ahora. Hoy día, quizás desde la anterior administración, se ha venido deteriorando la imagen de la Fuerza Armada precisamente por su instrumentalización política, no conviene a un país como el nuestro que todavía mantiene la Fuerza Armada vigente que sea utilizada para objetivos políticos. Precisamente la Constitución declara a la Fuerza Armada como un órgano no deliberante que responde a la Constitución y a la ley, no al Presidente de turno.

Lo que hemos visto en otros países es que los presidentes que quieren ejercer el poder de manera autoritaria han necesitado de las Fuerzas Armadas para los fines que persiguen, debemos estar vigilantes de esa actitud y comportamiento.

Vamos a ver la interpelación y el papel que tuvo en la toma de la Asamblea Legislativa, que fue un episodio muy triste y lamentablemente representa una amenaza que no puede repetirse. Solo recordándole los límites a los funcionarios vamos a impedir que esto vuelva a suceder.

 

¿Cómo describiría lo que pasó el 9-F? Algunos diputados dicen que no vieron nada anormal.

El 9 de febrero todos fuimos testigos de un acto que quebró, digamos, la institucionalidad democrática del país, no lo habíamos visto desde el Acuerdo de Paz, incluso antes de la firma del Acuerdo de Paz, no habíamos visto un acto como el que se presentó el 9 de febrero en el que el Presidente de la República usurpando funciones del presidente de la Asamblea Legislativa, abriendo la sesión plenaria, uno sin que hubiera cuórum y, dos, sin que tuviera las atribuciones para hacerlo y, luego, acompañado de efectivos militares que ingresaron a la Asamblea y básicamente amenazaron la estabilidad política del país. Todo el procedimiento acerca de si se les autorizó el ingreso o no ciertamente debe ser evaluado pero lo que no es aceptable es precisamente la instrumentalización de la Fuerza Armada para acciones que no son las que la Constitución establece, como las atribuciones propias del Ejército.

 

¿El tema no es si se autorizó su ingreso o no?

Exactamente, a mi juicio es un tema menor, el tema importante del 9-F es el uso y la instrumentalización política que el Presidente hizo de la Fuerza Armada militarizando la Asamblea. Con permiso o sin permiso, la Constitución no establece la posibilidad de que la Fuerza Armada ingrese a la Asamblea Legislativa en una situación anormal como la que estábamos viviendo ese día donde el Presidente, ya lo dije, usurpó funciones del Legislativo.

 

¿Cuál es la importancia de que la Fuerza Armada no ingrese a un Órgano Legislativo?

Hay que tener en cuenta varias cosas. Primero, la sesión plenaria que se había convocado de manera extraordinaria por el Consejo de Ministros era ilegal, así lo dijo la Sala de lo Constitucional. Ante ese hecho, que el Presidente haya llegado a esa sesión plenaria que fue declarada inconstitucional acompañado de la Fuerza Armada lo que violenta es la naturaleza misma de la Fuerza Armada como tal, la Sala de lo Constitucional lo dijo en su resolución. Debe abstenerse el señor Presidente de utilizar a la Fuerza Armada para fines diferentes a los establecidos en la Constitución de la República, que claramente señala cuál es la función de la FAES y no es ingresar a un órgano de Estado acompañando al Presidente para una sesión plenaria que fue declarada inconstitucional su convocatoria por la Sala. Lo que tuvimos fue una muestra clara de invasión de funciones, de incumplimiento de atribuciones y de abuso de autoridad.

 

¿Procede la interpelación aun en pandemia?

Bueno, se suspendió en su momento cuando el Presidente pidió a la asamblea la aprobación del primer confinamiento obligatorio, la Asamblea decidió suspenderla, hizo bien, cinco meses, básicamente hay que retomarla, es un episodio muy grave para la estabilidad política del país que no puede quedar sin cerrarse este capítulo, es precisamente una de las situaciones para las cuales debe ocuparse este control político llamado interpelación. Los diputados tienen que ocupar este control político para que el ministro de la Defensa dé explicaciones y para que quede un precedente que esto no va a suceder de nuevo. La Asamblea Legislativa resolverá lo que la Constitución le fija, ya sea que recomiende la destitución de los funcionarios o que simplemente dé por terminado el episodio. Habrá también un debate acerca de lo que la Constitución establece, el hecho si es vinculante o no la recomendación que haga la Asamblea, la Constitución claramente señala que si se trata de las fuerzas de seguridad, del Organismo de Inteligencia del Estado, por graves violaciones a los derechos humanos, la recomendación de la Asamblea es vinculante pero eso todavía está en veremos.