Es lo que la inmensa mayoría de salvadoreños desean. Estabilidad y Estado de Derecho. Ambas condiciones están íntimamente ligadas como esenciales para la recuperación económica, la certidumbre, generar inversiones y un clima de negocios que nos permita salir adelante de la grave situación económica en la que estamos.
Es esencial también un mayor entendimiento entre el Gobierno y la Empresa Privada que no pueden verse como adversarios y mucho menos como enemigos, sino como constructores de puentes de desarrollo y de crecimiento para el país. Sin la inversión de la empresa privada no habrá nuevas inversiones, generación de empleos, y por lo tanto mayor recaudación de impuestos para la ejecución de los planes gubernamentales.
Como bien dice Poma en su entrevista, la empresa privada siempre ha manifestado un compromiso con el crecimiento económico y el desarrollo social de El Salvador.
En los momentos más difíciles de la guerra civil o de todas las catástrofes naturales que hemos sufrido como nación, los empresarios se han quedado, siguen invertiendo, arriesgando su dinero y luchando por levantar este país, eso es algo que hay que valorar y respetar. Este gobierno y los que vengan, deben crear las condiciones para que la inversión siga llegando y darle certidumbre por el bien de todos.