El Presidente de la República y su homólogo en el órgano legislativo se reunieron y acordaron compartir instalaciones que permitan ahorrar, y a la vez aumentar la inversión en el área de salud infantil.

Este es un claro ejemplo del potencial que tiene la construcción de acuerdos para comenzar a resolver los graves problemas del país, particularmente en lo que a servicios básicos se refiere.

De seguir en esta tónica, los acuerdos que vengan podrán ser resultado del diálogo y de la priorización del interés público sobre el particular.

Como lo ordena la Constitución, al Presidente de la República le corresponde promover la armonía social, pero esto no va a lograrse, si los representantes de las fuerzas sociales y partidos de oposición, eligen la vía del enfrentamiento verbal y del conflicto, que minan progresivamente la gobernabilidad.

El consenso es posible en torno a los problemas comunes, a la vez que los disensos, que siempre los habrá, son el punto de partida para un diálogo permanente que los ciudadanos desean ver como una práctica constante entre los principales actores políticos.

Definitivamente, el país necesita muchísimo diálogo, acercamiento, construir puentes y encontrar acuerdos permanentes para resolver el presupuesto y muchos otros profundos problemas que enfrentamos como sociedad.