Los caficultores sufren un incremento en los costos de producción por el covid-19, mientras que la demanda de café cae por la contracción de la economía. / DEM


El covid-19 es la tercera crisis que el sector caficultor enfrenta en menos de una década. Desde la roya, la caída de los precios internacionales y ahora un aumento en el costo de producción que pone en punto de quiebre a los caficultores ante la menor demanda por la recesión de las economías, advirtió René León Gómez, director del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura (Promecafé).

El sector caficultor se enfrentó en 2012 a la crisis de roya. Luego en 2014 entró en una fase de bajos precios internacionales que aún se mantienen y que por años no han compensado los costos de producción, y en 2020 comenzó el covid-19.

“No es una crisis que se presenta de manera aislada” sino que vino a sobreponerse a las problemáticas del sector que, aunque han sido manejadas, no “se logran terminar en su totalidad”, destacó Gómez en un diálogo virtual sobre el impacto del coronavirus en la cadena latinoamericana del café realizada por Rikolto.

El director de Promecafé recordó que “hemos venido operando a costos muy altos” y ahora se suma un mayor valor por los insumos para protegerse de contagios. También el sector se enfrenta a riesgos de plagas y enfermedades en las fincas, así como menor mano de obra por “falta de interés de los jóvenes”.

El covid-19 también está ocasionando distorsiones en el mercado porque se espera una menor demanda asociada a la crisis económica que enfrentan las economías de mayor consumo de café.

El ejecutivo además destacó que “como telón de fondo” en la caficultura “tenemos una serie de desafíos que se vuelven más complejos”. Entre estos factores está la falta de sostenibilidad económica de la familia cafetalera, la variabilidad climática, la incidencia de plagas y enfermedades, y el endeudamiento de los productores.

 

¿Qué propone?

El vocero de Promecafé propone una “ruta para superar la crisis” basada, en primer lugar, en preservar la salud con protocolos, educación e información dirigida a los productores. Plantea también promover los ingresos a través de la diversificación , fomentar el consumo interno y comercialización directa.

Para Gómez, el covid-19 “se vuele una oportunidad para trabajar de manera unida” en toda la cadena productiva porque esos “serán elementos esenciales para superar la crisis”.

Por su parte, José Humberto Devia, de la Federación de Cafetaleros de Colombia, explicó que la respuesta del gremio del país suramericano fue “salir temprano” con la emisión de un protocolo de bioseguridad hecho a la “medida de la finca” en coordinación con el Ministerio de Salud colombiano.

Sin embargo, destacó que la estrategia de difusión de los protocolos fue clave porque “podemos tener cartillas pero si el mensaje no les llega a los productores y no se difunde, esas son las puertas de entrada para el covid-19”. Indicó que establecieron una campaña masiva en medios, mantuvieron relaciones con el gobierno y la fuerza pública, además de contacto telefónico para preparar los caficultores.