Desde Guatemala hasta Panamá –a excepción de Nicaragua– los gobiernos de la región siguen conteniendo el avance de la pandemia del COVID-19 con la aplicación de medidas sanitarias que han confinado a la mayoría de la población y que han paralizado casi por completo a las economías.

Salvo servicios esenciales, cadenas de suministro y equipos para atender la emergencia, las autoridades han optado por un resguardo casi total de la población.

De acuerdo con información del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (Cepredenac), hasta las 8:30 de la noche del 25 de abril, la región sumaba 13,561 casos de la pandemia COVID-19.

Los datos incluyen a República Dominicana, país que suma 5,926 casos y además reporta el mayor número de muertes.

Organismos multilaterales ya proyectan una fuerte caída de los indicadores económicos, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que prevé que la región sufra una contracción de -2.3 %. Mientras, aún se debate cuándo podrán reabrirse las economías y bajo qué condiciones.

La región aún sigue en la fase 2 de la pandemia que refiere cierto control de la situación, pero todos buscan adoptar medidas que aseguren que no se pase al nivel 3, que involucra el colapso del sistema sanitario.