Pareciera que López Obrador cayó en esa costumbre populista de culpar al pasado de los males presentes y distraer la atención de la situación actual. ¿Es válido estar buscando culpas del pasado? Pues para ciertos historiadores y políticos lo es, pero la misma historia puede rebotar en la cara.
Si nos ponemos a buscar las interminables culpas de unos y otros desde tiempos de la conquista, los salvadoreños podríamos incluir en la lista a las sucesivas invasiones de soldados mexicanos a nuestro territorio en el siglo XIX, pero ¿valdrá la pena desempolvar esas referencias históricas en medio de la problemática de hoy y las buenas relaciones entre ambos países? Evidentemente no.
Los pueblos tienen que buscar la verdad de su pasado y aprenderla para que no se repitan los errores, pero todo con la mirada puesta en el futuro, en construir, no en despotricar contra el pasado. En Europa, Alemania y Francia son grandes ejemplos de dos antiguos rivales que superaron su pasado y ahora son socios para su futuro. México y Latinoamérica deberían aprender de esos ejemplos.