La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) estima que, el país tendría que crecer a una tasa anual del 4 % para estabilizar su deuda pública sin aplicar más ajustes fiscales.

El tanque de pensamiento publicó ayer un estudio sobre la insostenibilidad fiscal, en el que calcula la magnitud del esfuerzo que tendría que realizar El Salvador para estabilizar su deuda pública, variable que en 2018 representó el 70.7 % de la producción nacional de bienes y servicios.

“Después de alcanzar un mínimo de 31.6 % del PIB (Producto Interno Bruto) en 1998, los recurrentes déficit fiscales en el periodo largo de bajo crecimiento que el país ha experimentado, cuya tasa promedia es 2.5 %, la deuda experimentó ascenso constante que no se ha revertido”, sentenció Fusades. A partir de 2010, añadió, la deuda ha tomado una trayectoria que no conduce hacia su estabilización, sino a un constante incremento.

Si no se aplican cambios, en 2023, dentro de cinco años la deuda representaría el 76.7 % del PIB, casi seis puntos adicionales a las cifras actuales.

Una deuda alta como la salvadoreña, que el año pasado acumuló más de $18,000 millones, requiere un ajuste fiscal mayor y también tasas de crecimiento económico más sólidas, señaló Fusades. No obstante, cuando la economía es más dinámica, el ajuste fiscal tiende a reducirse, añadió.

De esta manera, “para que la deuda disminuya sin ajuste, la economía tendría que crecer más 4 % de manera sostenible”, indicó Fusades.

Una tasa de crecimiento de esta magnitud permitiría estabilizar la deuda en 2023, según las conclusiones del tanque de pensamiento.

Pero si el crecimiento se mantiene en 2.5 %, se necesitaría un ahorro primario de 1.3 % del Producto Interno Bruto (PIB). El ahorro primario se obtiene al restar los gastos corrientes de los ingresos corrientes, pero sin incluir el pago de intereses de la deuda pública. Esta variable mide la capacidad del Gobierno para hacerle frente a sus obligaciones financieras con sus propios recursos.



Estabilizar la deuda no es suficiente

Fusades indicó que El Salvador no ha logrado estabilizar su deuda pública, a pesar de las frecuentes medidas fiscales que se han implementado en los últimos años.

“La deuda no se ha estabilizado y continúa su incremento, por lo tanto, la estabilización más bien se perfila como una consideración fallida de la política fiscal sobre la deuda”, señaló la Fundación.

Para lograr este cometido en un escenario sin cambios respecto a la situación actual, la respuesta fiscal debe aumentar 0.3 puntos del PIB por cada punto de incremento que experimente la deuda pública. Con esto, esta variable bajaría y se estabilizaría en 63.1 % del PIB.

Si el crecimiento económico aumenta en un punto porcentual de manera continua y sostenida, la deuda pública, entonces, no sería mayor al 60.9 % del Producto Interno Bruto.