Los manglares son ecosistemas formados por diferentes especies. Estos arbustos crecen en las costas y las desembocaduras de los ríos en las zonas tropicales, barreras vivas que detienen catástrofes y son respiradores de gases contaminantes.
Es por eso que, habitantes del cantón San Rafael Tasajera, San Luis la Herradura, del departamento de La Paz, se han unido para mantener a salvo y preservar el manglar del estero de Jaltepeque.
“Nosotros hemos sentido un beneficio, pues no solo las 30 familias, si no que parte de la comunidad, porque nos pagan y eso atrae turismo dentro de la comunidad y ayuda, además, a las pupuseras, al que vende pasteles o minutas y a todo negociante de la isla”, expresó Walter Peña, de la ADESCO.
Más de 850 personas se verán beneficiadas con proyectos impulsados a través de una alianza entre Bancoagrícola y la Fundación Doménech. La institución financiera, el mayor competidor en el mercado salvadoreño, lanzó su “La Cuenta del Mar” con un presupuesto de $89,000 que se invertirán en una primera parte para rescatar el bosque salado.
“Me he sentido bien, he conocido un poco más del proyecto (...) también nos ha ayudado dándonos un trabajo más sostenible”, detalló Karla Peña, coordinadora de la ADESCO.
La veda de pesca de mariscos es una de las medidas que ha tomado la cooperativa formada por los lugareños para reducir el impacto ambiental y convirtiéndolo en un espacio de crecimiento económico sustentable que abarca cinco kilómetros del canal Mamasoca, que cumplirá con el propósito de ser un criadero de diferentes especies de peces y camarones que se reproducen en la zona.
“Creo que ha sido un impacto positivo para todas las familias que andamos acá, conformando lo que es el grupo de trabajadores, es bien positivo porque a parte que estamos cuidando el medioambiente estamos recibiendo una remuneración, pero en sí lo más importante es la conservación de los recursos que tenemos acá”, dijo Pedro Arce, leñador y miembro de la ADESCO.
Un manglar sano promueve un ecosistema más equilibrado, tanto para el medioambiente como para las comunidades, creando un lugar más limpio y próspero.
"La comunidad de San Rafael Tasajera su fuente principal de ingresos es la pesca, entonces este proyecto tiene como objetivo impactar de manera ambiental y mejorar la calidad de vida de las personas”, explicó Jessica Reyes, encargada del monitoreo ambiental del manglar.
Asimismo, un manglar conservado es vital para la captura de carbono azul, un gran aliado contra el cambio climático. Así, estos “pozos de carbono” son capaces de secuestrar CO2 con mayor rapidez que los bosques continentales, incluso aunque sean de menor tamaño.
Con esta iniciativa, Bancoagrícola complementa las acciones que ejecuta para acompañar proyectos de impacto medioambiental, como iniciativas de energía limpia, electromovilidad y prácticas agrícolas sostenibles.
Bancoagricola asume un nuevo compromiso con la sostenibilidad: cuidar el mar desde el corazón, apoyando de forma integral iniciativa que generan impacto ambiental social y económico en el sistema costero marino.