La motocicleta es un vehículo útil tanto para el trabajo como para el uso particular, de fácil desplazamiento, con enorme facilidad para sobrepasar el tráfico, accesible en su compra y en su consumo de combustible, así como en su mantenimiento.

Pero como hemos visto en El Salvador, el riesgo de accidentes es elevado por diversas razones, entre ellas que más de la mitad de los motociclistas carecen de la instrucción elemental para manejar e incluso, carecen de la licencia de conducir obligatoria para todos.

Es impresionante que un país que tiene 450 mil motocicletas registradas, tenga menos de la mitad de conductores con licencias aprobadas. Este es un tema que requiere de la pronta intervención de las autoridades así como se ha hecho con el transporte público de pasajeros.

Muchos de los accidentes con motociclistas ciertamente ocurren por la falta de consideración de parte de los automovilistas pero también hay que aceptar que un gran porcentaje es provocado por la imprudencia de los mismos motociclistas que al no conocer las normas de tránsito, aventajan por donde quieren.

Como informábamos hace un par de días, eso lleva a que un tercio de los fallecimientos en accidentes de tránsito sean motociclistas. La estadística indica que un motorista fallece cada 18 horas y ese número solo irá incrementándose sino se toma con seriedad la problemática del desorden que causa el hecho de no estar legalizados no solo en términos de documentos sino, sobre todo, en términos de los enormes riesgos a la vida de los motociclistas y de las personas que interactúan con ellos.