El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redujo el número de refugiados a admitir en el país en el año fiscal de 2020 a 18,000 y adujo “preocupaciones humanitarias o de interés nacional” para justificar el recorte, según un memorando distribuido por la Casa Blanca.

Este número es el más bajo desde la introducción del programa de refugiados en Estados Unidos en 1980. El límite de refugiados para el último año fiscal se situó en 30,000.

Así, la admisión de refugiados se asignará entre “refugiados de especial interés humanitario para Estados Unidos”, según el documento firmado por Trump.

Destaca el recorte de los refugiados admitidos provenientes de Irak, que se sitúa ahora en 4,000, o los que provengan de El Salvador, Guatemala u Honduras, a 1,500.

Las 12,500 admisiones restantes están resevadas para personas que temen persecución por sus creencias religiosas o actividades políticas o aquellos que vienen referidos por el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos.

 

Preocupación de ACNUR

En este contexto, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), expresó su preocupación por la reducción de las plazas de reasentamiento de refugiados anunciadas por Estados Unidos.

“El techo máximo de admisión (...) deja a miles de los refugiados más vulnerables en situación de riesgo, envía un mensaje contraproducente a otros países sobre la necesidad de una mayor responsabilidad compartida y debilita una de las tres soluciones duraderas posibles para las personas refugiadas”, indicó ACNUR en un comunicado.

Además, el número anunciado por Estados Unidos está muy por debajo del número de personas que ya están esperando una decisión sobre su reasentamiento en el país.

“La reducción de las admisiones pospondrá la reunión de familias traumatizadas y dejará a muchas de ellas viviendo en un limbo, sin las condiciones básicas para reconstruir sus vidas”, criticó ACNUR.

En ese sentido, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, subrayó que sólo el 0.5% de los 26 millones de refugiados en el mundo, incluyendo a víctimas de tortura, mujeres y niñas en situación de riesgo y otras personas en situación de grave vulnerabilidad, consigue se reasentado en algún país.

Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, indicó en un comunicado que “en el centro de la política exterior de la Administración Trump está el compromiso de tomar decisiones basadas en la realidad, no en deseos, y de impulsar resultados óptimos basados en hechos concretos”.

“Abordar los problemas centrales que alejan a los refugiados de sus hogares ayuda a más personas más rápidamente que reubicarlos en Estados Unidos”, agregó Pompeo.