La Fiscalía General de la República hizo un arresto muy sonado el jueves que demuestra que no debe haber intocables y que por muy poderoso que se crea un funcionario, no puede estar por encima de la ley.

La tregua de la administración Funes con las pandillas fue una verdadera burla a los salvadoreños. A través de un pacto oscuro entre el Gobierno y los delincuentes, se buscó acabar con los homicidios y se les dio privilegios injustificables a las pandillas tanto en los penales como en las calles.

El jefe militar se hizo cargo de la Seguridad Pública y desde ahí diseñó una tregua que terminó siendo una jugarreta macabra: Los homicidios se reducían pero los desaparecidos aumentaban exponencialmente. Los pandilleros tenían hasta fiestas con bailarinas en los penales con toda la complicidad del sistema entero.

Los cabecillas más crueles de las pandillas salían a hacer teatro hasta en televisión nacional, con falsas conversiones y promesas de cambio que nunca ocurrieron. Todo eso era parte de un entramado mafioso que se tejió desde la cúpula del gobierno de Funes y de su ministro de Seguridad.

La Fiscalía ha hecho lo correcto en arrestar a Munguía Payés y ordenar el arresto de Funes, quien ya suma seis órdenes de captura. La ciudadanía espera que la Fiscalía logre probar lo que todos suponemos y que marque un precedente para que nunca más ocurran hechos como estos y se siga combatiendo al crimen organizado como debe hacerse.