A falta de espacios de esparcimiento, los grupos se entretienen con naipes donde no hay medidas de prevención del covid-19. / Gabriel Aquino


Entre laderas, calles empolvadas, una tierra árida gastada por la reciente cosecha y un clima cálido como su gente, San José Cancasque aparece entre las montañas del departamento Chalatenango y las cercanías del río Lempa, con una población que no supera los 1,850 habitantes, aquí, sus habitantes tienen una peculiaridad en común, no utilizan mascarilla aunque creen fervientemente en la existencia del covid-19.

Por el pasar de sus calles empedradas grupos de lugareños se reúnen para jugar cartas, platicar y así pasar el resto de la mañana, “porque no hay nada más que hacer”, no tienen una cancha de fútbol o un parque, simplemente barajas que cada quien pone al servicio de los amigos.

Y aunque algunos indican que “eso no da aquí” (el virus), otros lugareños aseguran haber padecido síntomas relacionados con el covid-19, como la pérdida del sentido del gusto, o el olfato, pero no haberlo reportado a la unidad de salud de la localidad por miedo a ser remitidos a un hospital y morir debido a la enfermedad.

Ante esta situación y el confinamiento del año pasado, muchos tuvieron que dejar sus habituales empleos y dedicarse a las labores del campo pasando sus dolencias “chapondando maicillo”, y guardando cuarentena en sus casas.

Bajo el candente sol y con un carrito de minutas estaba Francisco y Abelino, dos afables y conversadores lugareños que contaron como el jengibre, el limón, ajo, y cebolla se convirtieron en una especie de remedio compuesto, otorgado por la tierra, para contrarrestar el virus hacia aquellos residentes que no tenían cómo costear un médico privado y recibir medicación para la enfermedad porque “la pobrería en la casa, a puro remedio natural” tuvo que curar sus dolencias, como expresó un cancasqueño.

Los pobladores de Cancasque aseguran que el municipio es su lugar de protección contra el covid-19, porque evitan salir. / Gabriel Aquino

Pensar dos veces antes de salir.


Y aunque este tipo de síntomas fueron comunes en junio y julio, actualmente las personas aceptan no usar la mascarilla porque no hay visitantes y ellos “piensan dos veces antes de salir”.

En San José Cancasque los visitantes son una extrañeza. Lleno de paz y serenidad un bus con el número 629 irrumpe el silencio y avisa la llegada de aquellos que en busca de comida y productos de necesidad viajan hasta Chalatenango.

Incluso, cuando se visita al vecino pueblo para abastecimiento, la gente compra y “regresa ligerito”, cuando antes los mismos pasaban casi “todo el día allá”, así lo narró Geovany Aguilar, un cobrador de buses que acepta que la pandemia ha reducido el número de personas que salen de Cancasque.

¿El motivo? tienen miedo de contraer el virus, que en el pueblo poseen lo básico para sobrevivir: frijoles y maíz, y cuando se puede “un pescadito”, extraído desde las orillas del Lempa, que alimenta junto con la agricultura a estos salvadoreños, otorgando también por las tardes un lugar donde refrescarse, cuando el calor sofoca.

Esta característica, que se alejan de lo urbano puede haber contribuido, según el alcalde de San José Cancasque, Velis Ismael Peña Alas, a que el virus no afectara al pueblo con muchos decesos.

“Sí, nos ha ayudado vivir a parte de todos los municipios…”, explicó el alcalde.

De hecho, en Cancasque solo se registró una personas fallecida en lo que va de la pandemia, esto en el mes de noviembre del 2020, y aunque los mismos residentes aseguran que muchos se contagiaron del virus, las cifras oficiales no evidencian más que un caso registrado en el mes de octubre, este diferente al deceso.

Hasta finales de febrero y según las últimas actualizaciones del Ministerio de Salud, San José Cancasque es uno de los 29 municipios del país que en casi un año de pandemia no han reportado más de 10 casos de covid-19.

La agricultura es el mecanismo de sobrevivencia de San José Cancasque.

Sin mascarilla.


Personal de salud indicó que constantemente se llama a las personas para que usen mascarilla, pues desde diciembre “han perdido el temorcito”, ante el virus.

Como madre que cuida de sus hijos, la enfermera Irma Guardado manifestó que constantemente realiza el llamado a las personas, más aún cuando al menos 300 personas padecen de enfermedades crónicas, y aunque no todos pertenecen al municipio, la preocupación persiste ante cualquier posible caso.

Para los cancasqueños el no uso de la mascarilla se debe a que no se visita a nadie en las afueras ni arriban familiares a visitarlos, y a que el pueblo es como su hogar, en el que pueden dejar a un lado la mascarilla y convivir con su grupo de amigos y familiares, mientras la pandemia continúe San José Cancasque seguirá igual, con abundante trabajo en el campo, una pasividad permanente y la esperanza que el virus ya no toque a sus puertas, porque “todos se cuidan”, al salir del pueblo.


29 municipios con menos de 10 casos


San José Cancasque se convierte en uno de los únicos tres municipios en el país que poseen solo un caso de covid-19 según datos oficiales del Ministerio de Salud.

 

  • Santa Ana


Masahuat, 8 casos.

San Antonio Pajonal, 10 casos.

Santiago de La Frontera, 5 casos.

 

  • La Paz


Tapalhuaca, 10 contagios.

Mercedes La Ceiba, 6 casos.

San Emigdio, 3 contagios.

 

  • Cuscatlán


El Rosario, 5 contagios.

Oratorio de Concepción, 5 casos.

San Vicente

San Lorenzo, 7 contagios.

 

  • Chalatenango


San Fernando, 10 casos.

San Francisco Lempa, 9 casos.

Azacualpa, 8 contagios.

Nombre de Jesús, 6 casos.

Las Vueltas, 5 contagios.

San Francisco Morazán, 5 casos.

Nueva Trinidad, 4 casos.

San Luis del Carmen, 3 casos.

Las Flores, 2 casos.

San Isidro Labrador, 2 casos.

San Antonio de la Cruz, 1 casos.

San José Cancasque, 1 caso.

 

  • Cabañas


Cinquera, 6 casos.

 

  • Morazán


Arambala, 9 contagios.

Torola, 9 contagios.

Yamabal, 7 casos.

Gualococti, 6 contagios.

Joateca, 5 contagios.

Sensembra, 2 casos.

San Fernando, 1 caso.