Archivo DEM


La inactividad física, el tabaquismo, la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto juegan un papel más importante que la genética en la aparición prematura de una enfermedad cardiaca, según ha evidenciado un trabajo llevado a cabo por expertos del Hospital Funchal (Portugal) y que ha sido presentado en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés).

El estudio incluyó a 1.075 pacientes menores de 50 años, de los cuales 555 tenían enfermedad de la arteria coronaria (conocida como CAD prematura). Las condiciones específicas incluyeron angina estable e inestable y ataque cardíaco.

Los niveles de factores de riesgo y la genética en los pacientes se compararon con un grupo de control de 520 voluntarios sanos. A todos ellos les evaluaron la inactividad física, el tabaquismo, la presión arterial alta, diabetes y colesterol alto.

En este sentido, los investigadores comprobaron que casi las tres cuartas partes (73%) de los pacientes tenían al menos tres de estos factores de riesgo, en comparación con el 31 por ciento de los controles. En ambos grupos, la probabilidad de desarrollar CAD aumentó exponencialmente con cada factor de riesgo adicional.

Por otra parte, todos los participantes fueron sometidos a una secuenciación del genoma. Estos datos se usaron para desarrollar una puntuación de riesgo genético que contenía 33 variantes que se cree que contribuyen a CAD o factores de riesgo como la presión arterial alta.

El puntuaje promedio fue mayor en los pacientes que en las personas sanas y, además, fue un predictor independiente de CAD prematura. Sin embargo, tal y como han explicado los investigadores, la contribución de la genética al riesgo de CAD disminuyó a medida que aumentó el número de factores modificables.

"Los hallazgos demuestran que la genética contribuye a la CAD. Sin embargo, en pacientes con dos o más factores de riesgo cardiovascular modificables, la genética juega un papel menos decisivo en el desarrollo de la CAD. Nuestro estudio proporciona pruebas contundentes de que las personas con antecedentes familiares de enfermedad cardiaca prematura deben adoptar estilos de vida saludables, ya que sus malos comportamientos pueden contribuir más a la enfermedad cardiaca que su genética", han zanjado.