El papa Juan Pablo II saluda desde el papamóvil en las calles de San Salvador.


El 8 de febrero de 1996 la visita del papa Juan Pablo II paralizó al país, lo llenó de emoción y congregó a centenares de miles tanto en su recorrido como en la misa que celebró.

El papa Juan Pablo II arribó al país a las 9:15 de la mañana del 8 de febrero de 1996 procedente de Guatemala, en un avión de la aerolínea Aviateca que aterrizó en el aeropuerto de Ilopango.

"Señoras y señores, bendito el que viene en nombre del Señor", dijo la voz del maestro de ceremonias, al asomarse a la puerta del avión y las 11 horas que duró la visita habían iniciado.

El carismático líder de la Iglesia Católica bendijo a unos niños y fue recibido por el presidente Armando Calderón Sol y la primera dama, Elizabeth de Calderón.

"En nombre del pueblo salvadoreño, tenemos el privilegio de expresarle a su santidad nuestro cálido saludo de bienvenida a esta tierra que, por un designio divino, lleva el nombre glorioso de El Salvador", le dijo el presidente Calderón Sol.

El mensaje del pontífice fue un profundo llamado a la reconciliación nacional.


El pontífice saluda al bajar del avión.


"Como Vicario de Cristo, os reitero su mensaje que es un llamado constante a la paz, la reconciliación, el amor y la concordia, a la solidaridad y la justicia", dijo el papa, hoy convertido en santo de la Iglesia Católica.

El pontífice polaco recordó su primera visita de 1983, en medio del fragor bélico que vivía el país: "Cuando os visité la primera vez, fui testigo del sufrimiento de un pueblo desgarrado por el dolor de la guerra fratricida que sembraba muerte, violencia, divisiones, rencores, viudez y orfandad. Por ello invité a recorrer el camino del diálogo sincero y constructivo"

Y luego alabó el fin de la guerra:

"Siento pues una gran alegría al constatar que las armas de las partes enfrentadas han callado definitivamente y que todos están interesados en poner en práctica los acuerdos alcanzados, por eso he venido nuevamente entre vosotros para proclamar una vez más a Jesucristo que se por ser el único camino de la paz, llama a todos a una sincera reconciliación nacional"

El entonces alcalde Mario Valiente le entregó las llaves de la ciudad y lo declaró Huésped de honor. Luego iniciaría un largo recorrido que incluyó la hoy Alameda Juan Pablo II, donde era ovacionado y saludado por miles de feligreses en el trayecto.

El papa sostuvo una reunión privada con el presidente Calderón Sol y saludó a la familia presidencial. También visitó la tumba del hoy beato Óscar Arnulfo Romero en la catedral Metropolitana y oró ante sus restos.

El papa Juan Pablo II junto al entonces presidente Armando Calderón Sol y la primera dama, Elizabeth de Calderón, al ser despedido en el aeropuerto de Ilopango.


La misa se celebró en la entonces Urbanización Siglo XXI, una explanada al oriente de Metrocentro donde hoy está la sucursal del Banco Cuscatlán, Sertracen y Pricesmart y que llega hasta la 25 avenida Norte

Se calcula que Medio millón de feligreses acudieron a la misa papal.

El pontífice partió a poco después de las 8 de la noche de aquel 8 de febrero. Juan Pablo II incluyó al país en una gira que lo llevó también Guatemala y Nicaragua y que concluyó en Venezuela.