No me gusta hablar de LA SEGURIDAD sino de LAS SEGURIDADES. La PNC sabe de seguridad pública, la FAES de seguridad militar, pero faltarían las otras seguridades: La seguridad alimentaria, la seguridad educativa, la seguridad laboral, la seguridad ambiental, la seguridad jurídica, la seguridad social...en fin. ¡¡¡Involucran a todo el Estado!!! No se trata de implicar solamente a los cuerpos armados...Mientras no ampliemos nuestra visión no definiremos correctamente nuestra misión. Ergo: ¡¡¡no saldremos de este grave problema que no logramos resolver desde al menos de la firma de la paz...27 años!!!

En nuestro medio cuando hablamos de seguridad de inmediato viene a nuestra mente sujetos armados. Y cuando la gente plantea que hay que mejorar la seguridad están dándonos a entender que quieren más policías más militares en su hábitat. Y a partir de esa visión popular es que hemos tenido una proliferación de la seguridad privada. Y además el aumento de la venta de armas. Pero aún así el problema no se resuelve.

En el acuerdo de paz firmado en enero de 1992, y para lograr un cese de fuego con el FMLN, su desarme e incorporación a la legalidad, y después de miles de vidas que murieron en combate, asesinadas, desaparecidas o quedaron lisiadas de por vida, se pretendió solucionar este problema. Que los militares regresaran a sus cuarteles y trabajaran para cumplir bien su misión y salieran del campo de la seguridad pública. La nueva policía, formada para que cumpliera con ese propósito, se dedicara a la seguridad pública, considerada como un asunto de naturaleza civil. Para lograrlo se suponía que el resto de instituciones civiles, incluyendo claro está, a la Policía Nacional Civil, cumplieran con su papel, de una manera eficaz y eficiente y bien coordinada con el resto de instituciones del Estado. Pero no se cumplió. Ahora, voceros de la Fuerza Armada expresan que la Policía es incapaz de jugar su papel constitucional. Entones aparecen ellos como salvadores de esa situación.

Este asunto de que los militares dejaran de tener control sobre los cuerpos de seguridad del Estado y dejaran de hacer política partidaria, fue lo que se llamó nudo gordiano, que fue lo más difícil de negociar según testimonios de los más renombrados negociadores de uno y otro lado. Eso trato de describirlo en mi libro “A veinte años de los acuerdos de paz. Un análisis acerca de la reforma fundamental: La institución armada.” CENISCH. MINED.2012.

¿Por qué ponemos el acento en la importancia de los cambios en el uso de la fuerza en el proceso de construcción de una democracia?

Porque en una democracia siempre se usa la represión. Hasta ahora no existe una democracia en que no se use la fuerza para gobernar. ¿El problema es cuanta represión es necesaria?

Los expertos sostienen que debería ser el mínimo, porque cuando aumenta a máximos debemos entender bien que esa democracia está en peligro y no tiene otro recurso para sostenerse que la represión desmedida.

En un país donde se impone la fuerza para gobernar como actores dominantes entonces eso es una dictadura. Y en aquel en el que impera el consenso y la fuerza juega un papel secundario, eso podría denominarse democracia.

El Salvador lo que necesita hoy que inicia un nuevo gobierno es un Censo de Población honesto. No tiene sentido seguir proponiendo o haciendo proyectos sociales sin saber cuántos somos, donde estamos, que nivel de educación tiene la población, salud, etc. Lo vengo proponiendo, otros profesionales también lo han hecho, desde que se firmó al fin de la guerra. Cristiani hizo uno y Saca otro, ambos no confiables. Pareciera que no se quiera conocer el estado real de nuestra población. Llevarlo a cabo, incluso como importante componente de una política para la democratización, la seguridad y el desarrollo, tendría un gran significado y trascendencia política para una correcta política para solventar nuestros actuales problema con las seguridades.