El dramático informe de la Cámara de Comercio sobre la situación de las empresas del país es sumamente preocupante. Nos refleja empresas en ruina, empleos perdidos, incertidumbre total y con ese panorama, lamentablemente, hambre a la vista.

La pandemia afecta a todo el mundo y el panorama económico es igual de negro por todos lados. Por eso es necesario, a la par de los enormes esfuerzos en salud, encontrar un camino firme para lograr la reapertura de las actividades económicas. Si no hay actividad económica, no hay impuestos y el Gobierno no puede seguir endeudándose eternamente.

Hay que tener un plan de reactivación gradual, con reglas claras y de consenso. Reabrir la economía no puede ser una arma política de ningún sector. Hay que tomar conciencia que en el mundo entero se toman medidas en ese sentido y hay que aprender, sino habremos pasado la pandemia con los enormes estragos sanitarios pero luego enfrentaremos una crisis social y económica de insospechadas consecuencias en un país ya afectado históricamente por la violencia y la inseguridad.

Dos datos del informe de la Cámara de Comercio deben hacernos pensar: pérdidas de $100 millones diarios por la paralización económica y pérdidas en el 94 % de las empresas. Esos datos muestran el oscuro panorama que necesitamos sobrepasar.