Mauricio Choussy no cree que el Gobierno improvise pero sí sugiere publicar sus planes y sus políticas. / DEM


El expresidente del Banco Central de Reserva (BCR) y exdirector para Centroamérica de la calificadora de riesgo Fitch Ratings advierte que este es el momento oportuno que el Gobierno debería aprovechar para hacer un ajuste fiscal, ya sea por los ingresos o los gastos. Cree que el Gobierno está cumpliendo sus promesas y celebra el combate a la corrupción y la delincuencia, el giro en la política exterior. Sugiere al Gobierno divulgar sus políticas públicas y advierte sobre un “oportunismo legislativo”.

 

En los primeros cien días, ¿va cumpliendo el Gobierno sus promesas?

Algunas de las promesas están siendo cumplidas, es difícil pensar que las promesas pueden cumplirse en cien días pero hay algunas que sí se han cumplidas como el combate a la delincuencia y la creación de una Cicies que, si bien no responde a la visión que tiene la sociedad civil, considero que es una forma de abordar el tema de la corrupción.

 

¿Qué señales positivas ve?

Hay varias señales positivas, priorizar el combate a la corrupción y a la delincuencia. El mensaje enviado en contra del nepotismo de funcionarios del anterior gobierno y abusos en contrataciones es positivo, la gente percibe positiva. Otro aspecto es el mayor diálogo con el sector privado y haber eliminado esa confrontación entre el sector privado y el gobierno, que limitaba las posibilidades de inversiones. Hay opiniones positivas que se está trabajando por desburocratizar procedimientos administrativos. Es importante el haber insistido en mejorar las relaciones internacionales, no hay que perder de vista de que el Presidente tiene una imagen muy positiva en la comunidad internacional. Hay cosas muy positivas que debemos aprovechar. Lo otro es que se ha tratado de tener una mejor relación con los organismos multilaterales y organismos de cooperación internacional donde hay mucha receptividad a sacar adelante El Salvador. La realineación de la política exterior de El Salvador con respecto a los países que violan los derechos humanos o permanecen en el poder violando las instancias constitucionales. Finalmente la relación con los Estados Unidos... Al El Salvador le conviene frenar el tráfico de drogas por el territorio, evitar que se convierta en un narcoestado y frenar la migración. A lo que deberíamos aspirar es que nadie tenga necesidad de salir de su país.

 

¿Qué señales negativas ve?

Falta definir las políticas públicas y los planes de Gobierno. Así como ha mejorado el ambiente, el cambio en la percepción de los empresarios, aparece reflejado en las encuestas de Fusades, respecto al clima de inversión, debería ser aprovechado mediante la publicación de los planes de gobierno para utilizar la certidumbre para facilitar la inversión, sobre todo para romper la inercia porque El Salvador tiene bajos niveles de inversión privada. Importante, que esas medidas se den lo más pronto posible para que no lo alcance la realidad, no es un país que está bien económicamente, en las encuestas se ve que en las áreas de gestión hay un ambiente muy positivo, salud, educación, seguridad, la única área un poco rezagada es el área económica.

 

¿Ve improvisación?

No necesariamente, sino falta de divulgación de los planes y las políticas públicas, para que la gente tome conciencia de cuál es el rumbo que el Presidente y su Gobierno quieren darle al país. Yo creo que hay un vacío legislativo y que el Presidente tiene que tomar medidas para evitar el oportunismo legislativo. Aparecen algunas leyes y nadie sabe a qué intereses responden, una mayor presencia en la agenda legislativa puede ser necesaria, el Presidente puede definir una política que permita eliminar las percepciones de nepotismo, dejar clara su posición democrática y quitar el estigma de improvisación. ¿Qué se puede hacer en ese sentido?, respetar las opiniones adversas y la crítica, en los medios tradicionales y redes, hay que dejar muy claro el respeto a la institucionalidad y el respeto a la libertad de expresión, sobre todo porque la institucionalidad es un activo muy valioso. Podemos ver que después de 20 años de gobierno de un partido de derecha, ese partido pierde, y le entrega a un partido de izquierda el poder... Esa institucionalidad es percibida a nivel internacional como una gran fortaleza de El Salvador, yo creo que el Presidente debe tratar de aprovechar ese respeto a la institucionalidad y convertirla en el activo más valioso. Para eso se requiere tener en mente siempre que la institucionalidad democrática le ha costado mucho al país, incluso vidas, tener presente que la libertad de expresión ha costado vidas en este país, tener presente que la transparencia es un logro que debe cuidarse para que seamos siendo vistos como un país donde funciona lo más importante para atraer la inversión, que es la institucionalidad.

 

¿Ha visto señal de respeto o irrespeto a la institucionalidad en los primeros cien días?

Tengo la impresión de que, si ha habido hechos en contra de la institucionalidad, no ha sido grave. Hay algunas manifestaciones en las redes sociales que dan lugar a dudas, incluso el tema de los despidos, probablemente requieran un afinamiento de la forma cómo se cumple la ley, lo mismo en el cumplimiento de la presentación de las declaraciones de Probidad, no veo casos graves de irrespeto, esos dos casos pudieran corregirse fácilmente.

 

¿Respeto a libertad de prensa?

Lo que ocurrió con los dos periodistas de El Faro y de Factum no debería ocurrir en términos de que los gobiernos deberían ser respetuosos de las líneas editoriales de los medios como principio básico de libertad de expresión pero la mejor forma de abordar el tema (es) que halla cierto orden y respeto en las entrevistas, utilizar el modelo que se utiliza en otros gobiernos, se acreditan los medios y Casa Presidencial define con absoluto respeto a la libertad de expresión cuáles son las pautas... Tampoco puede permitirse falta de respeto o desorden, los funcionarios tienen su agenda.

 

¿Debería aclarar el Gobierno qué hará con partida secreta?

Yo creo que sí, la partida secreta ha sido el campo de la malversación que hemos visto en el país en tres o cuatro gobiernos, el traslado de fondos viene desde la época del presidente Francisco Flores y ha existido a lo largo de cuatro presidencias y, si se investiga, vamos a encontrar que lo que ha habido es mal uso de la partida de gastos reservados. ¿Debe existir? Sí, los gastos del Organismo de Inteligencia del Estado deben ser reservados por naturaleza... Esos gastos deben estar siempre sujetos a auditoría y rendición de cuentas.

 

¿Qué tan factible es cumplir con las metas de crecimiento del Gobierno, que llegan al 3.5 %?

Va a depender de la forma como se aborde la realidad, no debemos esperar que el país cambie en materia económica en cien días, pero si el Presidente no toma un rol más activo en la definición de las políticas económicas, la realidad lo va alcanzar. Quizás la prueba de fuego o el inicio del abordaje económico lo veremos con la presentación del presupuesto general de la nación, el presupuesto es un elemento que propicia o frena el desarrollo económico y crecimiento del país. Si vemos que el país regresa a los presupuestos mentirosos del FMLN porque existe el temor que no se logre una aprobación del Legislativo, estaríamos retrocediendo. Ese retroceso se traduciría en materia de transparencia y de buena gestión pública se traduciría en incertidumbre en materia fiscal tanto para los organismos internacionales que financian al país como de los agentes económicos que tienen interés en invertir. No podemos retroceder en materia de tener un presupuesto realista, ni de que sea un presupuesto que conlleve un incremento en el déficit fiscal porque ya existe incertidumbre respecto al nivel de endeudamiento y los agentes económicos lo que quieren ver que el ratio deuda PIB se estabilice. Existen dos formas de estabilizar ese ratio: o aumentando impuestos, o reduciendo gastos.

 

¿O ambos?

O ambos. Un reciente estudio del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) muestra que, cuando los presidentes no hacen el trabajo de hacer el ajuste que requieren las economías para que crezca más, se recauden más impuestos o se reduzcan los gastos o que se incrementen los impuestos en las épocas en que hay una luna de miel, como la que está atravesando el Gobierno, suele ocurrir que, cuando llegan los periodos electorales –y el próximo está en el 2021–, el Gobierno se vea obligado a tomar medidas como a aumentar los impuestos, que podrían generar una, llamémoslo así, desaprobación popular. Entonces, eso se pospone y, probablemente para el siguiente proceso electoral, la situación sea grave y ya no se pueda posponer.

 

¿O sea que las medidas fiscales tienen que adoptarlas este año?

Yo creería que uno tiene que aprovechar cuando hay una luna de miel, cuando se tienen niveles de popularidad bien altos para tomar las medidas, las medicinas amargas que el Presidente anunció pero el Presidente tiene que ser consciente que los ciudadanos ven con muchos mejores ojos las reducciones de gasto que los incrementos de impuestos. Este estudio del BID muestra que cuando el ajuste se realiza con compresión del gasto los efectos políticos que se requiera como combate a la corrupción, asignación adecuado de subsidios, controlar el despilfarro, suelen contar con mucho más apoyo popular. El estudio dice que lo que sucede cuando hay que tomar ajuste por el lado impuestos lo más fácil es incrementos de impuestos indirectos que son regresivos y que suelen golpear a las clases populares y eso en los procesos electorales los pueblos electorales lo cobran y lo cobran con desaprobación o voto en contra de los políticos. Yo creo que para alcanzar esas metas tienen que haber señales de que vamos en la dirección correcta.Adicionalmente se requiere aprovechar ese cambio en la percepción de los inversionistas, hay un cambio en la percepción que debemos aprovechar para detonar la inversión, cuanto antes demos medidas claras que se va a manejar la parte fiscal con prudencia o para desburocratizar los procesos, establezcamos qué incentivos daremos a las nuevas inversiones –lo peligroso es que los incentivos sirvan para favorecer a los mismos–, entonces, tratar de plantearles a los empresarios de que aquí también hay oportunidades.