La Fiscalía pidió la reserva del caso, pero, el juez de paz negó esta solicitud. El caso será conocido por el Juzgado Especializado para una Vida Libre de Violencia de la Mujer. / Marcela Moreno


La Fiscalía General de la República (FGR) sospecha que la escena donde fue encontrado el cuerpo de la agente policial, Lorena Beatriz Hernández Quintanilla, fue manipulada para simular un suicidio y librar de cargos al responsable de su muerte.

Ayer, durante la audiencia inicial, en el Juzgado de Paz de Mejicanos en San Salvador, el Ministerio Público aseveró que a Hernández la encontraron al interior de la subdelegación policial de dicho municipio con la mitad del cuerpo sobre una cama. Debajo de la cabeza, la víctima tenía un arma de fuego con la que, supuestamente, se quitó la vida, así lo afirmó la Policía Nacional Civil (PNC).

Sin embargo, la Fiscalía indicó que en los casos de suicidio es “imposible” que el arma quede en ese lugar, por ello, señaló una manipulación de la escena para hacerlo parecer un suicidio. Por el momento, el único acusado es el agente policial Néstor Alfonso Mejía Coto, con quien la víctima tenía una relación sentimental.

La autopsia realizada por el Instituto de Medicina Legal (IML) arroja que la bala, encontrada en el cuerpo de la víctima, ingresó por el cráneo y recorrió el tórax y el abdomen, de arriba hacia abajo. El arma fue disparada a más de 50 centímetros de distancia de la cabeza y según la Fiscalía eso no es posible en un suicidio. Tampoco encontraron residuos de pólvora en el cuerpo de Hernández.

Según el relato de un testigo –un reo que estaba en la subdelegación– la discusión entre Mejía y la víctima comenzó porque ella se opuso a que él se fuera a departir en Nochevieja. Mejía estaba ebrio y de servicio, según contó. Los vio subir al segundo piso. Él cargaba un arma en la mano derecha y un fusil al hombro cuando, supuestamente enojado, comenzó a agredirla físicamente. Le asestó varias bofetadas y la haló por la fuerza hacia el cuarto sujetándole el cabello. Ella solo lloraba. Nadie hizo nada, según el testigo, a pesar que había más policías en el lugar.

Minutos más tarde, el imputado llegó al primer piso, donde estaban sus compañeros llorando y diciendo: “La Lore se mató”.

La defensa del agente policial pidió al juez cambiar el delito de feminicidio agravado a suicidio por inducción o ayuda. El juez rechazó la petición argumentando que hay indicios de violencia previa y que, al parecer, la víctima tenía proyectos de vida por cumplir. Luego de eso, la abogada defensora, Celia Melgar, contradijo a su compañero diciendo que como defensa les quedaba claro que fue un feminicidio y no un suicidio y que la pregunta era “¿quién lo hizo?”.

Al ser abordaba explicó que no podía contradecir la prueba científica: “Si la herida de bala no es típica de un suicidio y las lesiones provocadas tampoco son típicas de un suicidio, entonces, no estamos frente al delito de un suicidio como tal, por eso fue que yo dije eso, porque ¿cómo contradecir la prueba científica?”, dijo acotando que eso no significaba que Mejía era el responsable de su muerte.